Grupos armados influyen en cultivos del norte

Un estudio realizado por instituciones educativas revela el impacto que ejercen los grupos armados legales e ilegales en el norte del país. Asegura que la agricultura y ganadería empresarial se ve favorecida en detrimento de los pequeños productores.

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El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip-Py) y la Universidad Nacional de Pilar (UNP), con la financiación del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt), realizaron una investigación denominada “Desafíos del Desarrollo en Contextos de Grupos Armados”. Allí se consigna el impacto que producen los grupos armados en la producción del norte.

Los grupos armados ilegales serían el EPP y su desprendimiento el EML, agrupaciones criminales que operan en la zona, y el legal se trata de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), creada para combatirlos. Durante el estudio, el grupo de trabajo logró recabar el testimonio de los pobladores y varios de estos, incluso, afirmaron que no quieren salir a realizar sus actividades agropecuarias a ciertas horas por temor a que agentes del FTC los detengan.

“Han aumentado el cultivo de soja y maíz y la cantidad de cabezas vacunas. No podemos decir que es un factor directo, pero sí hay indicadores que hacen pensar que se viene favoreciendo la agricultura empresarial en detrimento de la agricultura de pequeña escala campesina; en 900.000 de las 5.000.000 de hectáreas en las que actúan estos ejércitos en Concepción, San Pedro y Amambay”, expresó el doctor Juan A. Martens.

La investigación señala que la agricultura campesina disminuyó en todos los rubros, en casi un 70% en sésamo, algodón y mandioca. Este último cultivo es el que mejor se mantiene. Sin embargo, el aumento de la soja se observó en unas 200.000 hectáreas y en un 21% en los bosques, es decir, “para que aumente la agricultura empresarial se tuvieron que deforestar 100.000 hectáreas en estos departamentos”, detalló Martens.

Martens, especialista en criminalística, subrayó que las conclusiones de las zonas en la que operan estos grupos fueron resultado de datos georreferenciales de ataques y secuestros que se han producido en los últimos 10 años.

“No existen grandes extensiones de bosques, no existen corredores extensos que unen estas zonas, no existen extensos bosques; a lo sumo estamos hablando de 2.000 o 3.000 hectáreas. Por lo tanto, estamos hablando de que si se reformularse la política de intervención penal para la desarticulación de esos grupos armados, creo que el Estado tendría resultados efectivos", expresa.

Estos grupos criminales tienen secuestradas a cinco personas hasta el momento: Edelio Morínigo, Abrahán Fehr, Félix Urbieta, Franz Hiebert y Bernhard Blatz.

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