Indígenas tomaharos celebran la Fiesta de la Abundancia

Los ancianos de la comunidad indígena de los tomarahos, asentados en la localidad de Maria Elena, pertenecientes al distrito de Olimpo iniciaron la celebración de lo que ellos denominan Fiesta de la Abundancia.

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El evento consiste en dar gracias a la naturaleza por la exuberancia de alimentos, trabajos y salud a los pobladores del lugar. La fiesta debe durar unos 20 días e incluir la realización de danzas ancestrales que se realizan todos los días y por espacio de algunas horas.

La mencionada comunidad se encuentra ubicada a orillas del rió Paraguay, y en el lugar viven unas 45 familias dedicadas a la pesca, la recolección de carnada, la ganadería en pequeña escala y, últimamente, la producción de miel de abeja atraves de la colocación de cajas de panales.

El cacique de la población, Edgar Velázquez, dijo que este tipo de practicas ancestrales asegura la difusión de su cultura para con los mas jóvenes del lugar.

Por lo general, estas fiestas se realizan al inicio y finalización de cada año, esperando primeramente obtener abundancia de vida y para expresar agradecimiento por la buena producción de peces, la constante llegada de turistas pescadores -lo que significo mucho trabajo para los buscadores de carnadas-, y el inicio del próximo mes de la temporada de cosecha de la producción de miel de abeja.

La realización de esta fiesta es también aprovechada por los ancianos y hombres mayores de la población, para instruir a los mas jóvenes en la difícil tarea de sobrevivir en la vida.

Niños y jóvenes, son llevados a un lugar apartado de la población, en pleno monte, en lo que ellos denominan “el cuartel“; en dicho sitio reciben en forma diaria instrucciones de moral de como deben comportarse en la vida diaria.

Estas charlas, de las que solo pueden participar los varones, tienen una duración de dos a tres horas diarias, durante todo el periodo que duren las celebraciones. En varias ocasiones, los aprendices son obligados a dormir en pleno monte, acompañados de los mayores, donde se desarrolla una especie de olla popular.

Para el cacique del lugar este tipo de instrucción popular asegura la convivencia pacifica de los pobladores de la comunidad, y trata de evitar la penetración de malos vicios como el alcoholismo.

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