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Se trata de Édgar Santiago Silva (20), conductor de una lujosa camioneta, y Wladimiro Ramón Diarte (22), oriundos de Ciudad del Este, este último con antecedente por omisión de auxilio, a quienes acompañaba Pilar Concepción Barboza (24), quien en todo momento dijo no tener que ver con el hecho.
Estos jóvenes causaron tal revuelo al atropellar las barreras policiales dispuestas en Santa Rita, Naranjito y María Auxiliadora. Según los policías que los siguieron en 20 patrulleras, el vehículo se desplazaba a 120-160 kilómetros por hora.
Por orden superior, a las 7:00 aproximadamente, los policías de Capitán Miranda atravesaron un camión de gran porte en la ruta, en el kilómetro 15, única forma de detener la rauda marcha de la camioneta blanca Toyota, modelo Hilux , doble cabina, en cuyo interior fueron halladas botellas de bebidas alcohólicas.
Al descender del vehículo, ambos jóvenes -muy agresivos- no quisieron que les realizaran el alcotest, hasta que uno de ellos -el acompañante- accedió, dando positivo.
Los policías intervinientes sospechaban, en principio, que en el vehículo transportaban droga o armas, por lo que esperaron a que la agente fiscal Laura Benítez llegara al lugar para requisar el automóvil.
En su defensa, ya en sede policial de Capitán Miranda donde fueron trasladados, los jóvenes aseguraron que "nos dispararon, nos asustamos y por eso atropellamos las barreras policiales".
En tanto, la mujer que los acompañaba adujo que ella es odontóloga y que solicitó al conductor que la trasladara a su consultorio y que, varias veces después de la persecución policial, pidió al chofer que parara el vehículo, pero este no accedió.
La fiscala Benítez ordenó la remisión del vehículo a la comisaría 11ª de Capitán Miranda. Allí fue inspeccionado por personal de la Fiscalía y la Policía Nacional y, en una primera instancia, no fueron halladas armas ni drogas.