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Juan Schaerer, padre de Cristian Schaerer –secuestrado y desaparecido en 2003–, es propietario de una compañía de courier que funciona en su casa, ubicada en Lambaré, sobre la avenida del Yacht.
Cansado de los constantes robos de los cuales es víctima, decidió instalar cámaras de seguridad en su domicilio y, armado, se propuso esperar a los delincuentes tras montar una trampa, dejando “descuidados” algunos objetos para atraerlos, informó Víctor Ruiz, periodista de ABC Color.
Alrededor de las 20:00, una de las cámaras logró registrar las imágenes de un sujeto que estaba entrando a robar, por lo que, con una escopeta, salió a enfrentar al intruso.
El señor Schaerer logró reducir al desconocido y lo inmovilizó, para luego dar aviso a la Policía jurisdiccional.
El jefe de la comisaría 16ª, comisario Matías Morel, llegó hasta el sitio e identificó al sospechoso como Jorge David Segovia (23), de Itá Enramada, quien al ser interrogado delató a dos de sus cómplices: Miguel Giménez (46) y Cándido Ramón Pérez Benítez (38).
Schaerer identificó a este último como su exjardinero, quien trabajó para él por unos 20 días, y sospecha que fue éste quien recogía los datos y movimientos del negocio, además de controlar a los perros, quienes, por el hecho de conocerlo, ya no lo atacaban.
Los delincuentes lograron llevarse objetos por un valor estimativo de entre 7.000 y 8.000 dólares, según precisó la víctima.