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Los hermanos paraguayos en cuyo poder fue hallada la pieza dorada quedarían en libertad debido a que el delito en el que estarían implicados es excarcelable.
"La plancha sería de cobre o bronce, es por ello que -de acuerdo con la determinación final de su valor- el delito de los hermanos paraguayos Carlos y Ever Espínola Verdún podría ser considerado nada más que como una infracción aduanera", afirmó una fuente ligada a la investigación.
Por orden del Juzgado Federal de la ciudad de Posadas, efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina realizaron las pericias a la plancha dorada incautada el 15 de marzo pasado, en la cabecera argentina del puente San Roque González de Santa Cruz.
Fuentes de la investigación también indicaron que una muestra será enviada esta semana a la capital argentina, donde se realizará un segundo examen que certificará los resultados obtenidos en la primera pericia.
El procedimiento se realizó alrededor de las 20:00 del 15 de marzo, en momentos en que una camioneta Ford Eco Sport con patente argentina arribó al control del viaducto, procedente de Encarnación.
El vehículo fue sometido a una revisión de rutina, pero ante las actitudes de los ocupantes, dos hombres de entre 35 y 40 años, que revelaron cierto nerviosismo, los funcionarios de Aduanas decidieron realizar un exhaustivo control en el interior del rodado, ya que sospecharon que podrían llevar droga.
Comprobaron que debajo de uno de los asientos se encontraba un elemento sospechoso. Así hallaron la plancha dorada de 25 kilogramos, con la inscripción de "Banco Central del Paraguay 1824" en un lado y "Reserva del Estado" en el otro.
La plancha fue secuestrada, al igual que otro lingote de un kilogramo, también presuntamente de oro y otro de 500 gramos de plata. Debido al escrito en el presunto preciado metal, fue considerado como una pieza de gran valor histórico.
Las dudas fueron disipándose cuando la Policía de nuestro país -desde un principio- manifestó que la inscripción era falsa, ya que el Banco Central del Paraguay recién comenzó a operar en 1952.
En cuanto al origen de las piezas doradas, uno de los hermanos detenidos dijo que había sido comprado a un nativo por 50.000 dólares. El padre de ambos, José Gill Espínola, en tanto, afirmó que desenterró la placa en la zona de San Juan de Nepomuceno. El hombre ya había intentado vender el supuesto oro a un empresario de nuestro país, pero ante la presunción de falsedad de la mercancía el negocio se truncó.