Prisión domiciliaria para docente que maltrató a hijastro

CARAPEGUA. La jueza Penal de la Adolescencia de Paraguarí Victoria Oilda Ortiz Riveros, concedió prisión domiciliaria a la docente Celia Ramírez Cáceres quien fue imputada por el fiscal Juan Carlos Ruíz Díaz por el hecho punible “Contra Menores”.

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La mujer fue denuncia por agredir el domingo último a su hijastro de 9 años. El agente fiscal solicitó libertad ambulatoria de la imputada pero la jueza consideró el arrestro domiciliario mientras dure el proceso.

Ramírez Cáceres fue trasladada para comparecer en el Juzgado de Paraguarí donde la Jueza Ortiz Riveros resolvió dar prisión domiciliaria a la imputada por agresión al menor. La misma cumplirá el mandato judicial en su domicilio en el barrio Virgen de Fátima de esta ciudad.

El menor agredido, quien vivía con su madrastra y su padre el suboficial mayor Derlis Ruiz Díaz, de la Jefatura Policial de Paraguarí, fue entregado a su madre Edita Pérez, por disposición del fiscal Ruíz Díaz.

Por su parte, la Lic. Elba de Arce, manifestó que la docente –quien enseña en la escuela Melania Zarza de la compañía Aguai’y– queda separada de su cargo hasta tanto dure su proceso y los antecedentes del caso sean derivados al departamento de Fortalecimiento del Ministerio de Educación. Mientras se espera alguna resolución de dicha dependencia, sus compañeros del área van a cubrirle en el aula.

DEFENSA

La acusada, en conversación telefónica negó que haya agredido al niño y ensayó la versión de que el infante fue a jugar a la casa de un vecino, de ahí regresó ensangrentado y por reclamarle esa situación “salió corriendo a la calle”.

Agregó que el niño tiene un mal carácter y malos comportamientos por lo que le suele observar, pero que jamás le golpeó. Intervinieron en el caso la Sicóloga del Ministerio Público y la responsable de Codeni de la Municipalidad local, Abog. Sonia Vega.

En esta ocasión, se señaló en la Fiscalía que la docente estaba realizando limpieza en el jardín y ordenó al menor a limpiar el patio, a lavar sus calzados y a tirar los restos de la maleza.

Se agrega que el niño no escuchó el último de los citados mandados y entró a la pieza a entretenerse con la computadora, hasta donde llegó la mujer y le estiró del brazo, le lanzó contra la pared, le rasguñó la cara y le propinó una trompada por la nariz que le causó herida sangrante.

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