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El funcionario sostuvo a título personal que el municipio no puede seguir en la línea de continuar colocando lomadas en calles y avenidas; de hecho, en la presente administración hubo avances en cuanto a la eliminación de reductores, pero solo en aquellas que cambiaron de sentido, en zona de San Martín y Campos Cervera, dijo el funcionario a ABC Color.
En la actualidad existen unos 650 reductores en toda Asunción y la tendencia apunta al aumento si se tiene en cuenta los cientos de pedidos que llegan diariamente a la Dirección de Vialidad por parte de vecinos de una zona determinada. Samaniego reconoció que la Dirección de Vialidad soporta una presión de contribuyentes que exigen más reductores, amparados principalmente en el pago de impuestos.
“Esto nos pone en una situación de estar entre la espada y la pared porque somos una dirección de ejecución, respondemos a los dictámenes de la Dirección de Tránsito, yo no puedo hacer o deshacer una lomada sin un dictamen técnico”, aclaró. Sin embargo, para Samaniego, resulta fundamental que el municipio asuma una postura bien definida en cuanto a la instalación o no de las lomadas. Expresó que las mismas otorgan una imagen poco favorable a una ciudad capital, especialmente aquellas instaladas en las avenidas.
“No puede ser que en nuestro país haya que poner algo físico para que se respeten las señales; tiene que haber más educación vial y la gente debe entender que existen señales y que se tienen que respetar”, recalcó. De igual manera, sugirió que en lugar de las lomadas se mejore lo referente a las senalizaciones, como así también mejorar la pintura en aquellos reductores que lo requieran.