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Guillermo Chávez, camarógrafo del SNT, fue agredido por un grupo de campesinos mientras realizaba su trabajo. A los manifestantes les molestó el simple hecho de que filmara las fogatas que ellos mismos encendieron para los piquetes.
“Uno de los líderes que siempre se pone enfrente y dirige a la fila en la bocacalle se puso a insultarme porque estaba grabando la parte del fuego, con el fondo de ellos pasando, y eso no le gustó. En el momento de entrar en vivo empieza a gritar, y como veo que mi cronista se acerca, yo como camarógrafo lo que hago es ir y hacer la nota, en ese momento insulta, viene otro a impedir que hable más de lo debido, creo, y le llevan, y me empiezan a agredir con palos”, relató Chávez.
Las agresiones no se detuvieron ahí. “Uno de ellos pasa, le grabo de frente y me da una patada abajo, de punta, entonces le sigo para grabarle la cara, se esconde como una criatura y agacha la cabeza cobardemente porque yo no podía defenderme, porque tengo las manos en la cámara y estoy haciendo mi trabajo”, lamentó el trabajador de prensa.
“Después vino otra persona y me amaga que me va a pegar por la frente. En un momento desesperado intenté correr a un local para refugiarme porque son muchos, imposible con esta gente hacer fuerza, porque son muchos y hay pocos policías” comentó sobre lo ocurrido.
“Prácticamente te condicionan y dicen qué hacer, dónde grabar, te obligan y quieren meterse en tu trabajo y nosotros como profesionales sabemos qué hacer; somos trabajadores, padres de familia, somos compatriotas y llevar al extremo como ocurrió hoy no creo que valga la pena, ni para ellos ni para nadie”, consideró.
“Uno se va a la cancha y la Policía te prohíbe termo y tereré y a ellos les permiten palo, le pueden desgraciar a cualquier”, recriminó.
No es el primero que nota cómo la Policía permite complacientemente la agresividad de los manifestantes. Esta mañana, un par de campesinos le impidieron el paso a una trabajadora de ABC Color, pese a que la marcha aún no llegaba a la intersección de Yegros y Herrera. Los manifestantes la amenazaron con garrotes y la Policía obligó al vehículo a retroceder.
Ya ayer, uno de los manifestantes estuvo a punto de "garrotear" a un conductor que les llamó "haraganes". Uno de ellos incluso llegó a abrir la puerta del acompañante del vehículo.