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Si te vas a un restaurante mexicano y pedís un plato de escamol, ¡cuidado!, lo que solicitaste parece arroz, pero la porción es a base de huevos de la hormiga Liometopum apiculatum. Este alimento conocido en la zona sur de México está lleno de proteínas y se come a la margarina, con mucha cebolla y ajo. Los diminutos huevos se pueden presentar de distintas maneras, como sopa o guiso.
Aunque vos no lo creas, hay culturas que prefieren nutrirse de hormigas, arañas y gusanos. De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una dieta basada en insectos puede convertirse en la solución para la hambruna del planeta en el futuro, por los valores nutritivos que contienen estos seres vivos.
¿Te imaginás cambiar las patas de pollo por las ancas de rana? En la Edad Media, esta parte del anfibio era un manjar muy apreciado y obtenía su máxima popularidad en la época de Cuaresma. Según la página "Directo al paladar", la rana es un plato muy apreciado en Francia, Alemania, China y Grecia, pero a los británicos les produce asco.
Si tenés un conejito de India como mascota, por favor, no lo lleves a Ecuador, ya que este pequeño y tierno animal es el ingrediente principal de un plato tradicional en esa zona. Este país dispone de muchas comidas exóticas; por ejemplo, los gusanos de palma de coco son preparados como nuestro "asadito", o sea, los ponen en brochetas y los cocinan con el calor de carbón ardiente.
El miedo a las arañas es normal, pero para eliminar esa fobia, ¿te animarías a saborearlas? Sentite victorioso al probar crocantes arácnidos fritos que preparan los pobladores de Camboya, país conocido por ese plato tradicional.
Carne vacuna con un poco de fideo o arroz, puchero y una sopa paraguaya son las comidas que conforman la dieta habitual en nuestra región. Debido a que somos un país mediterráneo, no estamos acostumbrados a consumir crustáceos ni insectos, pues, si los ingerimos, nuestro paladar, tal vez, los rechace.
Para algunos pobladores de países lejanos, nuestra región también tiene comidas exóticas. El corazón de pollo y la butifarra, tal vez, están en la lista de bocados que muchos no se animan a probar. Chinchulín es un plato consistente en intestinos de vaca u oveja que son trenzados y asados; con solo saber que proviene de tripas de animales, muchos ya lo rechazan automáticamente. Si vos te animás a consumir estos alimentos, ¿por qué te negarías a comer gusanos, arañas y ranas?
Por José Peralta (19 años)