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Muchos jóvenes en nuestro país caen víctimas de las drogas y las autoridades locales no priorizan una atención debida; por ello, algunas instituciones sociales y religiosas toman la posta en brindar un apoyo integral. Tal es el caso del centro de asistencia ambulatoria “Óscar Antonio” de la parroquia San Antonio, que se originó en 2014. El nombre es en homenaje a un muchacho en estado de rehabilitación a quien mataron en la Penitenciaría de Tacumbú por revelar información comprometedora con respecto a la mafia y las drogas.
El pa'i Darío comenta acerca del origen de este proyecto. “Esta idea surge a raíz de que al párroco se le acercaban varias madres que sufrían por sus hijos drogadictos y tocaban las puertas de la parroquia pidiendo ayuda. El padre Robert tuvo la inspiración de comenzar con la construcción de un centro de asistencia para los chicos que la necesiten”.
Aproximadamente, desde su fundación, 520 jóvenes fueron atendidos y actualmente el promedio de usuarios en la semana es de 10 a 15. Ellos reciben atención médica, psicológica y espiritual por parte de los profesionales de la comunidad. “Lo que a mí me compete es brindarles esperanza. Hacerles entender que no necesitan de las drogas para ser felices y, de hecho, no solo atendemos casos relacionados con drogadicción y alcoholismo, sino también las nuevas adicciones como el cutting, el uso excesivo de la tecnología, la pornografía, etc. Respetamos los distintos credos porque sabemos que Dios es el único quien puede sanar sus heridas”, afirma el pa'i Darío, quien cuenta con apenas cuatro meses de sacerdocio.
Los jóvenes que son rehabilitados vienen acompañados por sus familiares. Muchos de estos chicos no son comprendidos por sus parientes debido a los tropiezos que se dan a lo largo del proceso de rehabilitación. El padre Darío relata una anécdota que refleja la dificultad de un adicto en perseverar. “Resulta el caso de un joven que tenía 50 días de abstinencia y para la familia eso era un tiempo muy corto aunque para nosotros era mucho, por lo que se desanimó bastante; asimismo, muchos se sienten desilusionados por el poco apoyo. La enfermedad continúa, la adicción sigue y la lucha también”, expresa el presbítero.
La comunidad parroquial de San Antonio ultima detalles para la inauguración del nuevo centro de rehabilitación prevista para el 24 de setiembre y que llevará por nombre “María Madre de Dios”. Primeramente, tres habitaciones serán habilitadas para el tratamiento ambulatorio, es decir que la atención integral brindada en la parroquia se trasladará a la nueva sede.
Son muchos los desafíos que afronta este emprendimiento en favor de los jóvenes, por lo que el padre Darío deja un contundente mensaje. “En los momentos de dolor y de vacío existencial, no recurran a las drogas; acudan a Dios, que siempre está cercano a todos y nunca abandona a sus hijos”, finaliza.
Por Víctor Martínez (18 años)