Con amenazas y extorsiones, los delitos informáticos contaminan las redes

Los delitos informáticos son una prueba de que los delincuentes renuevan sus métodos criminales; ahora, los mismos realizan perversidades utilizando las redes sociales y los datos proporcionados por los usuarios. Todo tipo de persona tiene acceso a internet y muchos pueden estar detrás de la pantalla, quién sabe con qué intenciones.

Una solicitud y un mensaje de un extraño saltan entre tus notificaciones diciendo: “Hola, quiero conocerte”, ¿responderías? Lo normal es hacer caso a esa frase tan desgastada de mamá y papá que dice “no hables con desconocidos”; sin embargo, muchos caen y quedan atrapados como pececitos en las redes de estos bandidos informáticos.

Tal vez, los delitos virtuales son más frecuentes en otros países; sin embargo, cada vez hay más casos de extorsión, amenazas y chantajes, por medio de las redes, en nuestra nación. Por lo tanto, las personas deben tomar medidas y limitarse a la hora de publicar algo, si no quieren ser acosadas por estos cibernautas que buscan aprovecharse de la gente.

Ciberacoso, sextorsión y ciberbullying son los casos más usuales; estos diversos delitos son cometidos por personas que utilizan las fotos, los videos y los datos que publicamos en las redes para extorsionar a sus víctimas.

En el ciberbullying, las discriminaciones y el prejuicio se encuentran en la cúspide de los aspectos negativos que fomentan los delitos informáticos. Asimismo, las malas palabras, los adjetivos ofensivos y los chistes pesados son los que normalmente inician este acto.

En el caso de la sextorsión, este delito sobrepasa a los maltratos y demás cosas, ya que, en una bolsa blindada por satisfacciones propias, introduce la reputación, los familiares, la integridad y la privacidad de la víctima, en la medida en que sirven para causar daño a las víctimas.

Las situaciones más frecuentes de ciberacoso o sextorsión se dan en aquellas acciones en las cuales una persona envía fotos con contenidos inapropiados a su “amigo” virtual. Estas imágenes terminan siendo herramientas para el extorsionador que, amenazando con difundir los materiales comprometedores, se llena el bolsillo con el dinero de los acosados.

Si alguien no deja de molestarte, te acosa, envía fotos y videos desagradables todo el tiempo, accedé a las opciones de bloqueos de las plataformas o, en el caso de que ya supere los límites, denunciá el hecho, pues no debés dejar que nadie se aproveche de vos o te agreda de alguna forma.

Por Andrea Parra (18 años)