Con destreza, una compatriota enseña la lengua española a niños en Francia

“Lo único que se interpone entre una persona y sus sueños es la voluntad y la creencia de que todo puede ser posible” es el lema de Sara Recalde (26); la compatriota, con destreza y dedicación, enseña la lengua castellana a los peques en París, Francia.

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Sara Recalde, oriunda de San Lorenzo, se recibió como licenciada en administración hotelera en Argentina, pero, hoy día, enseña a domicilio la lengua española, aproximadamente, a 10 niños en París. “Tenía problemas familiares y entré en depresión; pensé que lo mejor para mí era crear mi propio camino y vivir nuevas experiencias, y en un momento dije: 'Francia, por qué no'”, declara la joven.

“Tenía contactos en la capital francesa y, gracias a uno de ellos, comencé enseñando a un niño que al mismo tiempo debía cuidar”, señala Sarita, quien también afirma que su licenciatura no tiene ningún tipo de relación con su actual actividad laboral. “Mi sueño siempre fue viajar, conocer diferentes lugares y culturas, pero mi carrera universitaria, lastimosamente, me inculcó mi padre”, explica.

“Me siento bastante realizada porque puedo enseñar a varios niños un idioma muy demandado universalmente", expresa. La joven también manifiesta que no le costó mucho adentrarse en esta actividad, ya que, incluso, maneja la lengua francesa.

“La verdad, hay niños de diversas nacionalidades, pero la mayoría son franceses de padres españoles; entonces, ellos también quieren que sus hijos hablen su lengua nativa", puntualiza. Asimismo, la sanlorenzana explica que la desventaja principal en este trabajo es que uno debe tener un carácter especial y ser paciente con los peques.

La joven cuenta que nunca sufrió discriminación desde su llegada a París: “Te puedo asegurar que en Argentina me sentí mucho más marginada que en cualquier otro país. Los franceses, en general, son muy abiertos a otras culturas, pero no suelen compartir muchas costumbres de las diversas naciones de Europa", explica.

“Lo único que se interpone entre una persona y sus sueños es la voluntad y la creencia de que todo es posible", dice Sara, quien recuerda perfectamente el momento en que le advirtieron que no iba a cumplir ninguno de sus anhelos.

La docente también afirma que uno siempre extraña su país al ir al exterior: “Mis raíces, mi cultura y mis costumbres pertenecen a Paraguay, tengo la suerte de asistir constantemente a una gran comunidad de paraguayos aquí en Francia”.

Por otra parte, Sara aconseja a los jóvenes que nunca dejen de soñar: “No tienen el porqué demostrarle a alguien lo que son capaces de hacer, el secreto está en autosuperarse día a día. No se dejen 'machacar' por ninguna persona y, sobre todo, que nadie les imponga una carrera universitaria”, finaliza.

Por Ricardo Núñez (19 años)

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