Con poco dinero y mucho ingenio, es posible viajar y conocer otros países

Naciste con un mapa tatuado en el corazón, con un GPS que te acompaña a todas partes y unas ganas locas de descubrir otros países. Viajar lejos y seguido no es un sueño imposible; solo debés organizarte, preparar las maletas y agarrar tu pasaporte.

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Desde que tenés uso de razón, querés ver el mundo, conocerlo y aprender de otras culturas. Tu cabeza está llena de preguntas que nunca resolviste en la escuela, así que tu curiosidad te quiere llevar a explorar otros países en búsqueda de respuestas.

Empecemos por definir qué es viajar para vos. Seguro pensás que se trata de tener la misma comodidad que en tu casa, alojarte en un resort con todo incluido, pagar costosos paquetes turísticos, comer en restaurantes y pasar tardes completas en el shopping. Dejame decirte que de esta forma perdés la esencia de una verdadera aventura porque mientras más dinero tengas, más necesidades inventás y disfrutás menos de los pequeños detalles.

Miles de aventureros andan por el mundo cada día sin recurrir a su tarjeta de crédito. Estas personas han eliminado la excusa “no tengo dinero” de sus vidas con el objetivo de emprender su propio camino hacia sus sueños.

Para reducir los gastos durante tus viajes, lo primero que tenés que hacer es dejar de lado los hoteles cinco estrellas y empezar a elegir opciones mucho más económicas. Un hostal es una muy buena alternativa si querés conocer gente nueva, pues en este tipo de alojamiento compartís habitaciones con otros aventureros.

Dormí en rincones donde jamás imaginaste que dormirías, cociná tu propia comida y dejá que tu viaje vaya forjándose conforme a las experiencias que estés viviendo y las personas que conozcas en el camino. Lo bueno de ir surfeando sofás por el mundo es que, al no haber intereses económicos, el viaje se convierte en un intercambio continuo de ideas y aprendizajes.

Antes de embarcarte a la aventura de explorar otros rincones del mundo, necesitás tener muchas ganas y estar dispuesto a todo. Desde que tomás la decisión y decís “vamos”, comienza un plan de ahorro que no todos están dispuestos a seguir. Por ejemplo, despedite de las cenas fuera de casa y de ese lindo vestido en vitrina, pero dales la bienvenida a las horas extras en el trabajo, a reciclar tus jeans viejos, a memorizar rutas y a largas noches organizando viajes por tu cuenta.

Otra recomendación muy importante es que si tenés la oportunidad de elegir cuándo viajar, decidas hacerlo en época de temporada baja. Podés ahorrar hasta un 50% de dinero en comparación a lo que gastarías en los meses más concurridos por los turistas.

También debés tener en cuenta los lugares a los que querés viajar. Obviamente, las ciudades como Londres, París o Nueva York van a costar mucho más que visitar Machu Pichu en Perú, el Salar de Uyuni en Bolivia o el glaciar Perito Moreno en Argentina. Conocer nuevos horizontes hoy ya no es tan difícil, solo depende de que te pongas las pilas y comiences a organizarte.

Por Romina Ferreira (19 años)

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