Educación, el cimiento de una sociedad que hace avanzar a todo el país

Años atrás existía un país pobre y poco conocido a nivel mundial; sin embargo, en pocas décadas ese pequeño y humilde lugar oriental, hoy en día, es una de las más grandes potencias de la Tierra. La República de Singapur fue subiendo sus peldaños hasta llegar al podio del mundo pero, ¿cómo sucedió este milagro? ¡Fácil!, el país apostó todas sus fichas por la educación.

Una escuela confortable, un libro, un lápiz y un profesor capacitado para que transmita sus conocimientos a los alumnos, esos cuatro elementos son fundamentales para que la educación suba sus peldaños. La poca inversión estatal en la formación académica tiene sus consecuencias que llevan a un país a la ruina cívica.

Nuestra nación también lidera un ranking, pero, lastimosamente, es el de los países con peor educación en el mundo. Esta vergonzosa situación se ve reflejada en el comportamiento cívico de las personas: los problemas que se solucionan a golpes, el sufragio vendido, el vandalismo que existe entre los jóvenes y un sinfín de ejemplos que son consecuencias negativas de una pobre inversión educativa.

Si bien los primeros comportamientos que obtenemos se dan en el seno familiar, ¿qué pasa si los padres no poseen valores ni una formación adecuada para transmitirla a sus hijos? En un futuro, ¿cómo se verá un niño de escasos recursos que no puede acceder a una escuela privada y, además, la educación gratuita de su país tiene más faltas que el político González Daher?

Para refrescar la memoria, en la campaña “Pregúntale a tu candidato” realizada por la Unicef, se dieron a conocer cifras que dan miedo; una de las mismas revela que un 80% de jóvenes no logra acceder a un centro educativo, por escasos recursos y por falta de infraestructura en las zonas en donde viven. Asimismo, seis de cada 10 niños no terminan la secundaria.

La clase política, al parecer, no quiere dejar su capricho para comprender que invertir lo que se debe para una educación de calidad, con paredes, techos, libros que lleguen a tiempo en manos de alumnos y, por sobre todo, docentes capacitados, constituyen la mejor manera para avanzar lo que nunca hicimos como país. El multifacético Nelson Mandela dijo: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

Por Ezequiel Alegre (17 años)