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Un día como hoy, pero en el 2014, el club Nacional de Barrio Obrero disputaba el segundo partido final de Copa Libertadores, en Buenos Aires, ante el conjunto de San Lorenzo de Almagro. En el partido de ida, ambos equipos habían empatado a un gol en un recordado partido en el Defensores del Chaco, con más de 40.000 hinchas presenciando este inédito encuentro.
Nacional y San Lorenzo habían superado la fase de grupos de la Copa Libertadores en el segundo lugar, ambos con ocho puntos, coincidentemente. En octavos de final, la “Academia” había ganado a Vélez Sarfield, en cuartos a Arsenal de Sarandí y en semifinal al Defensor Sporting.
El aguerrido conjunto de Nacional llegaba a su primera final continental con más de cien años de vida institucional, con un equipo de base juvenil y un toque de jugadores experimentados como Fredy Bareiro y Hugo Lusardi.
Por otra parte, San Lorenzo de Almagro también llegaba a su primera final de Copa Libertadores con una jerarquía futbolística tremenda, que lo pudo plasmar en la cancha dominando gran parte del partido de ida.
Corrían los 64 minutos en el Defensores del Chaco y llega el primer gol, por parte de Mauro Matos para el “Ciclón”. Nacional, con garra, orgullo y, sobre todo, paciencia, llega al empate casi al cierre del partido con el tanto de Julio Santa Cruz a los 93.
Recordemos que a partir de esta final de Libertadores, los goles de visitante ya no tenían un valor especial, así que, con el empate a uno en Asunción, ambos equipos llegaban con las mismas posibilidades al segundo partido de la final.
Un 13 de agosto, pero en el 2014, San Lorenzo de Almagro, con más de 43.000 fanáticos con hambre de gloria en el estadio Nuevo Gasómetro, recibía al Nacional de Barrio Obrero que también quería levantar su primera Copa Libertadores.
San Lorenzo no la pasó nada bien en su casa; la “Academia” fue claro dominador de las ocasiones en gran parte del primer tiempo, hasta que Martín Cautericcio hace una “tijera”, luego de un rebote de un córner, y el jugador del “Tricolor", Ramón Coronel, extiende el brazo hacía arriba innecesariamente e impide el trayecto del balón.
Penalazo para el equipo azulgrana y el paraguayo Néstor Ortigoza fue el encargado de convertir el gol a los 33 minutos, para poner en ventaja al equipo argentino; dicha diferencia le bastó para aguantar hasta el final del encuentro.
Los fanáticos azulgranas y, en especial, el papa Francisco, festejaban la primera Copa Libertadores de su equipo, mientras que Nacional se quedó con las ganas de traer, de una vez por todas, un trofeo internacional a Barrio Obrero.
Por Ricardo Núñez (19 años)