El popular tereré calma la sed, combate el calor y convoca a la ronda de amigos

Las empanadas con pancito como “colchón”, las disputas por quién va a preparar la bebida y la elección del remedio yuyo caracterizan el ritual de la ronda del tereré. Recordá invitar el primer sorbo a Santo Tomás y disfrutá de este refresco paraguayo.

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El calor aumenta y la tradición de la ronda del tereré se vuelve cada vez más necesaria. Esta bebida refrescante es una de nuestras armas para aplacar la sed y, de paso, constituye una forma de compartir un rato ameno con amigos o familiares.

Probar un sorbo de tereré es reconfortante, pero lo malo es que cuando proponés a tus amigos compartir una charla y disfrutar esta bebida, todos huyen de la responsabilidad de prepararla y cebarla. Entonces, vos mismo te hacés cargo de la tarea.

Existen diversas formas de consumir esta bebida; están los que la prefieren en jarras de vidrio o de plástico, mientras que otros la disfrutan en un termo que, hoy en día, viene forrado y con coloridos diseños. En cuanto a la yerba, algunos eligen la simple y otros la compuesta. Cuando pedís a tu abuela que te invite su tereré, te das cuenta de que hizo el “pantano”, mezclando diversos remedios yuyos que tienen propiedades medicinales, mientras que vos solo utilizás hielo y agua.

Una creencia popular dice que el primer sorbo del tereré no se debe probar, ya que le corresponde a Santo Tomás iniciar la ronda de consumo de la bebida. El cebador tiene la misión de respetar el turno de cada miembro del círculo, no ser tan lento ni tan rápido, procurar que la yerba no se amargue y evitar el enojo al ver que alguien mueve la bombilla como si fuera el cambio de un vehículo mecánico.

El tereré es un integrante más en la oficina, donde los trabajadores dejan de teclear en la compu por unos minutos a fin de ir al quiosco más cercano, comprar unas empanadas con pancito para el popular “tereré rupa” y compartir después la bebida refrescante con los compañeros. Los albañiles hacen una pausa en la colocación de los ladrillos y se sientan bajo la sombra de un árbol para tomar unos sorbos revitalizadores.

En las fotos de un paraguayo, el termo y la guampa no pueden faltar; ya sea que vayas a una ciudad del interior o te encuentres en las playas de Cancún, ahí estará el tereré contigo. Porque no hay nada más agradable que sentarte, oír el agua que se derrama sobre la yerba y sentir cómo el trago refrescante pasa por tu garganta mientras un vientito agradable te acaricia el rostro.

Por Viviana Cáceres (20 años)

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