¿Es el juicio político la solución para acabar con la corrupción y el EPP?

La masacre perpetrada por el EPP, el sábado pasado, en la que fallecieron ocho efectivos de la FTC, generó conmoción y rabia en la ciudadanía. Ante esto, surgieron algunos rumores de un juicio político al presidente Horacio Cartes. ¿Es esa la solución?

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Pesar, lástima, rabia e impotencia son algunos de los sentimientos que se apoderaron de los ciudadanos, una vez conocido el saldo de ocho militares muertos a manos del EPP, en el reciente atentado en el departamento de Concepción. Este nuevo y triste episodio coincide con las denuncias hechas por el diario ABC Color, sobre el caso de espionaje a una periodista del medio, quien investigaba casos de corrupción en filas de las FF.AA.

Estos dos hechos, sumados a las decenas de críticas al Gobierno de Cartes, despertaron en la ciudadanía y en algunos legisladores, la idea de llevar a juicio político al Presidente, tal como había pasado en 2012 con Fernando Lugo. Pero, ¿en realidad es esa la solución a los males que azotan al país?

Es cierto que el EPP le marcó la agenda al Gobierno del empresario pero antes de pedir un juicio político, uno debe ponerse a analizar las ventajas y desventajas de recurrir a ese mecanismo constitucional. La gente es consciente de que Horacio Cartes fue electo democráticamente en 2013 y un nuevo juicio político otra vez podría acarrear sanciones de parte de organismos internacionales, de los cuales el Paraguay es miembro.

Así también, recordemos el artículo 234 de la Constitución Nacional: “Ante impedimento o ausencia del Presidente de la República, lo reemplazará el Vicepresidente y, a falta de éste y en forma sucesiva, el Presidente del Senado, el de la Cámara de Diputados y el de la Corte Suprema de Justicia”. En el hipotético caso de la destitución de Cartes, su reemplazante sería Juan Afara, el segundo hombre en la línea de mando del país.

El vicepresidente Juan Afara es una persona casi desconocida para la ciudadanía; es más, prácticamente, no habla con la prensa, aunque cada vez que lo hace, deja algunas perlitas al igual que Cartes. Así también, el siguiente en la lista es el actual presidente del Senado, Robert Acevedo, un hombre varias veces vinculado con supuestos hechos de narcotráfico.

En realidad, un juicio político a un mandatario nunca es la solución a los problemas de un país y eso ya lo comprobamos en el 2012. Ahora mismo, lo mejor que puede hacer el ciudadano común es empezar a pensar y, en el 2018, no vender su voto por G. 100.000 o un kilo de galleta con vaka'i. Sea o no buena la gestión de Cartes, debemos salir a gritarlo si queremos, pero no pedir que se lo destituya ahora; al fin y al cabo, fueron un millón de compatriotas quienes lo colocaron en el sillón presidencial y, en democracia, manda la mayoría.

Por Brian Cáceres Verón (17 años)

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