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No pienses que vos nomás sufrís de tensión; el estrés en la juventud es muy común. Seguramente te angustiás porque andás con poco dinero, tuviste malas calificaciones o problemas familiares. La mayoría de los adolescentes experimentan presión cuando se percatan de que están en una situación peligrosa o difícil y no tienen los recursos para enfrentarla.
En algunas ocasiones, las exigencias y los fracasos académicos son los principales factores de estrés en los jóvenes. Los exámenes y la presentación de trabajos son prácticamente nuestros enemigos, ya que nos comprometen a estudiar y hacer un poco de esfuerzo. Nos “complicamos la existencia” si no logramos los resultados que esperamos y nos encerramos en nuestro propio mundo para protegernos.
De hecho, un poco de estrés quizás no es tan malo; acordate de que todos los días debemos lidiar y superar los conflictos. Aprender a vencer la tensión supone una lección que te ayudará durante toda la vida. Si no tenés la predisposición de dominar la ansiedad que tenés en el momento, puede acarrear consecuencias como la depresión o insomnio, además de inducirte a caminos peligrosos como las drogas.
No da gusto andar pirevai, así que, dejate ayudar por tus amigos o algún familiar con quien te sentís más cómodo. Podés paliar el estrés haciendo una actividad que te entretenga como ir al cine, practicar algún deporte o hacerte de un hobby; aunque estos solamente tienen resultados temporales. Acordate de que la mejor manera de combatirlo es admitiendo tu problema y buscando una solución con resultados eficientes.
La lucha contra la tensión no solamente consiste en divertirte, sino en comprometerte con tu bienestar, así como ingerir comidas saludables y tomar menos cafeína de lo que estás acostumbrado. Un buen descanso en las noches no hace mal a nadie y lo más importante es que mires el lado positivo de lo que hacés. No te angusties por cualquier vyrorei, acordate de que por algo suceden las cosas y lo mejor siempre está por venir.
Por José Peralta (18 años)