Ingresantes: el primer puesto en la UNA se logra con estudio, sudor y lágrimas

"La pócima secreta para ser la flamante número uno fue la disciplina en el estudio", comenta Romina Ferreira (18), la joven que obtuvo el primer puesto en Ciencias de la Comunicación. La misma afirma que, debido a su empeño y entrega, conquistó exitosamente su propósito.

La estudiante, oriunda de Itacurubí del Rosario, departamento de San Pedro, manifiesta que dejar la casa con el fin de salir a batallar por un lugar en la UNA no fue un impedimento para alcanzar su objetivo. "Extraño mucho el campo y esa tranquilidad de mi hogar, pero tenía una meta bien clara; entonces, me concentré y me puse las pilas", declara Romina.

Asimismo, María del Mar López (19), la número uno en Psicología, argumenta que conseguir un logro de esta magnitud solo es posible con una dedicación total. "Ausentarnos en encuentros familiares, cumpleaños y salidas con amigos se volvió algo común en los tres meses del cursillo; mi mayor motivación fue que mis seres queridos pudieron comprender que debía concentrarme por completo", manifiesta.

"Cuando pugnás por un lugarcito en la UNA, lo único que deseás es ingresar en el puesto que fuere, pero cuando te das cuenta de que podés destacarte, estudiás hasta quemarte las pestañas", comenta Fátima Mereles (18), la número uno en Letras. Expresa, además, que la amistad surgía en medio de la preparación para superar los exámenes. "Conocer a personas que facilitaban fotocopias o resúmenes era señal de que, así como hay egoísmo, existe también compañerismo", cuenta.

Por otro lado, se encuentra Israel Candia (25), el joven que ingresó en el primer puesto en Ciencias de la Educación. "Ya había terminado mi carrera de Relaciones Públicas y me apunté al cursillo para Educación; en realidad, tenía mucho miedo, ya que nunca atravesé un examen de ingreso y encima entré tarde al CPI, pero igual saqué fuerza de donde podía para vencer cualquier obstáculo", menciona.

Estos chicos se llevaron el premio mayor gracias a su desempeño y dedicación. Ellos coinciden en que el secreto del éxito es superar con valentía los propios obstáculos. "Los incovenientes no tardan mucho en presentarse en el camino de la vida; tenés dos opciones: dejar que te derriben o enfrentarlos; en tus manos está la posibilidad de gritar con orgullo: ¡Superé las trabas y soy el número uno!", finalizan.

Por Rocío Ríos (18 años)