Kamba'i quiso tocar su guitarra, pero olvidó que la había vendido por necesidad

Don Efrén Echeverría buscaba su guitarra, cuando recordó que con ella había pagado el almacén. Muchos artistas deben "remarla" para subsistir. No esperemos a que mueran para demostrar gratitud, mientras que en vida no nos preocupábamos por ellos.

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"En vida, hermano, en vida" es uno de los poemas más conocidos de la escritora mexicana Ana María Rabatté. El mensaje que transmite al público es magnífico, ya que da a entender que las cosas lindas que queremos hacer por una persona debemos realizarlas cuanto antes, para evitar luego tener que lamentarnos "por qué dejé pasar tanto tiempo".

¿Te enteraste de que el ícono máximo de la música paraguaya está vendiendo sus guitarras para poder subsistir? Sí, estamos hablando de Kamba'i, el que hace magia al rasgar y puntuar al mismo tiempo su guitarra con una técnica propia y el que, cuando era joven, vivió unos meses en un camión abandonado de Villa Morra; luego salió a difundir su música por pueblos y ciudades.

Lamentablemente, el ídolo que ejecuta “Ryguasu kokore” con alma y corazón tiene que llegar al límite de vender sus pertenencias para poder pasar este mal momento. ¿Te parece algo congruente demostrar orgullo y calificar de "ídolo y genio" a una figura recién cuando muera? Es muy triste saber que a ciertos tesoros humanos nadie les da pelota en vida.

Por otro lado, está Rosa Brítez, la ceramista más famosa del país, quien desde los nueve años se dedica al moldeado de barro. Su trabajo es dar formas al lodo de seres mitológicos, animales y personajes de la sociedad, además de hacer platos representando a la luna y al sol. Con sus obras, llevó en alto el nombre de nuestro país en el escenario internacional.

Otro ícono que hizo mucho bien a nuestra sociedad es pa'i Oliva, ya que fue él quien en los años '60 luchó contra la opresión de la dictadura stronista. Por la crítica que realizaba al Gobierno, el dictador no pensó dos veces para enviarlo al exilio. Oliva pasó 27 años fuera del país, luego volvió y actualmente trabaja como voluntario en el Bañado Sur.

Estas son solo algunas de las personas que marcaron un antes y un después en la historia paraguaya. Hoy en día, las personalidades nombradas deben seguir trabajando arduamente para poder subsistir, ya que las migajas que reciben por parte del Estado, no son suficientes.

La gratitud se debería demostrar en vida, debido a que no servirá de nada que el día de mañana, cuando ya sea tarde, se hagan estatuas o se utilicen los nombres de las personas para identificar las calles en son de agradecimiento, mientras que cuando estaban con vida, nadie les daba pelota. ¿Por qué esperar hasta el final para dar mérito a alguien que hace décadas honra al país con sus valiosas acciones?

Por Rocío Ríos (18 años)

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