Las aventuras de un peatón queriendo cruzar de una vereda a otra en el centro

Ser peatón en Asunción no es fácil. La falta de señalizaciones, de franjas peatonales y de educación vial de los conductores convierten una simple acción como cruzar la calle en una aventura. Vos, ¿cuánto tardás en atravesar arterias céntricas y avenidas?

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El parque automotor va creciendo en nuestro país, pues, cada día, vemos más vehículos en las calles asuncenas y de otras ciudades. Ante la aparición de más autos, también aparecen más conductores y algunos son más capaces y atentos que otros.

Cruzar la calle sería una acción normal en cualquier otro país; el semáforo en rojo, la señal para peatones en verde, la franja peatonal bien pintada y los conductores dando paso. Pero, en nuestra nación, el peatón vive una aventura cada vez que intenta pasar de una vereda a otra, pues abundan los “monos al volante”.

El artículo 33 de la ley de tránsito del Paraguay señala que la prioridad, al cruzar las calles la tienen los peatones, en todos los lugares que posean franja peatonal y, especialmente, aquellas que no cuenten con un semáforo. La realidad es distinta a lo estipulado en la ley, pues la persona que desee pasar de un sitio a otro debe poner en alerta los cinco sentidos y esperar el momento exacto para circular, ya que el respeto es algo que pocos choferes conocen.

Para muchos conductores, ceder el paso es la peor tortura que pueden imaginar; esos pocos segundos que el peatón tarda en cruzar parecen ser eternos para el que maneja el coche. Aunque también existen esas personas de buen corazón que frenan frente a la cebra, te levantan la mano para que pases, te sonríen y te mandan bendiciones.

Otra dificultad se da en las calles de un solo sentido, pues, aunque los conductores deben circular de un solo lado, el peatón debe fijarse a ambos, ya que, de repente, le puede caer de sorpresita algún motoqueiro que “no sabía que era sentido único”. Además, otra gran odisea se da al cruzar en sitios como la ruta 2, en donde tu corazón para por unos segundos mientras intentás esquivar a los autos, camiones y colectivos que circulan a una gran velocidad.

En las zonas urbanas, la velocidad de circulación no debe superar los 50 kilómetros por hora, según el artículo 69 de la ley de tránsito. Al parecer, esto es desconocido para muchos conductores quienes manejan por el centro de Asunción con una gran rapidez y no conocen el freno, pues no ceden el paso ni a peatones ni a otros vehículos.

Realmente, ser peatón en nuestra sociedad es muy complicado; cruzar la calle es una verdadera odisea que debemos vivir todos los días. Mientras sigamos sin educación vial, continuaremos sufriendo estas situaciones y bendiciendo a todo aquel conductor de buen corazón que sea tan amable de cedernos el paso para que podamos cruzar sin peligro de una vereda a otra.

Por Brian Cáceres Verón (18 años)

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