Los debates en clase pueden terminar en moquetes cuando no hay tolerancia

Hablar más fuerte que el resto de los compañeros e insultarlos son acciones que dificultan el buen debate y ocasionan situaciones conflictivas. Lo importante es aceptar las opiniones distintas con respeto, ya que la falta de tolerancia genera violencia.

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Todos tienen ese compañero de clase que, en medio de un debate sano, alza la voz e inicia un tiroteo de malas palabras y ofensas contra los que piensan diferente a él. Muchas veces, este alumno no puede distinguir los límites entre compartir su ideas y querer imponerlas.

Normalmente, las clases de filosofía, psicología, orientación e historia tienen el propósito de hacerte reflexionar acerca de situaciones sociales muy complicadas; por esa razón, son consideradas materias polémicas. Estos espacios también otorgan a los alumnos la posibilidad de compartir sus puntos de vista con los demás y nutrirse con otras opiniones.

Muchas personas no aceptan que otros piensen diferente y, cuando se inicia un debate en una clase, estos jóvenes arruinan un ambiente que podría ser de aprendizaje. Las aulas se convierten en algo parecido a un estadio de fútbol, donde las emociones dominan a la razón y lo único importante es hacer que el otro pierda.

“Hablar con burros es disponerte a recibir patadas”, dice un famoso dicho popular. El mismo hace referencia a los insultos o golpes que podés recibir cuando no estás de acuerdo con ciertas personas quienes utilizan la violencia, cuando no tienen argumentos para resolver el conflicto.

Hay estudiantes holgazanes que felicitan a sus compañeros por iniciar “debates”, ya que desperdician de esta forma el tiempo de aprendizaje en las aulas y observan cómo se desarrolla una discusión sin fin.

Existen muchos obstáculos para lograr un ambiente propicio para el debate en las aulas; entre esos factores que impiden un diálogo armónico, se encuentran los profesores que no permiten a los alumnos pensar diferente. Los maestros de este tipo imponen a los jóvenes el requisito de seguir sus opiniones y no objetarlas, pues cualquier cuestionamiento hacia las mismas podría afectar las calificaciones de los estudiantes.

Opinar acerca de la política, la religión, el fútbol o cualquier otro tema polémico es, generalmente, sinónimo de peleas verbales innecesarias. Si lo vemos detenidamente, estos temas no tienen la finalidad de crear alboroto; simplemente, varias personas se encierran en su forma de pensar y toman como ofensa el hecho de no coincidir con sus ideas.

Es importante tener bien clara una cosa; los debates no se tratan de ganar o perder, sino de exponer argumentos objetivos acerca de una situación determinada. Vale la pena mencionar la criticada y polémica frase de la youtuber Kika Nieto, quien dijo: “No lo comparto, pero lo tolero”, ya que el respeto hacia la individualidad es fundamental para una buena convivencia.

Por Belén Cuevas (16 años)

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