“María Pacurí”, la zarzuela que refleja la esencia de nuestras costumbres

La zarzuela más reconocida de Manuel F. Pane, “María Pacurí”, reapareció el pasado fin de semana en el teatro municipal Ignacio A. Pane para revivir nuestras raíces. Chiperita y Chiricoé hicieron vibrar a las personas que acudieron a disfrutar de la obra.

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De niños, en las escuelas, solíamos aprender algunas canciones paraguayas, como Chaco Boreal, Patria Querida, Acosta Ñu o Che Paraguay. Lastimosamente, esas músicas que expresan lo más lindo de nuestra tierra son, muchas veces, dejadas de lado por los géneros nuevos como el reguetón, el pop o rock.

Por fortuna, durante el fin de semana pasado, con la reaparición de “María Pacurí” en el teatro municipal, pudimos reencontrarnos con nuestras raíces mientras disfrutábamos de “Chiperita”, “Chiricoé” o “Tus lindos ojos” de la mano de la Orquesta Filarmónica Ipu Paraguay y de los intérpretes de esta zarzuela paraguaya.

La obra tuvo cuatro actos y un epílogo, en los que se podían apreciar variadas danzas, partes instrumentales, vocales y habladas o declamadas. La puesta en escena estaba ambientada en el campo, durante la cosecha del algodón y gira en torno a la vida de María Pacurí, una joven chiperita que encanta a todos con su angelical voz, especialmente a doña Luisa.

Además de volvernos a encontrar con esas canciones que marcaron nuestros años de colegio, también fue posible “matarse” de la risa durante la interpretación de la obra, pues el amor cómico de Tomasito y Tomasita sacó unas cuantas carcajadas hasta a la persona más malhumorada.

De la misma manera, don Sofanor, un señor envuelto en numerosos amoríos, obtuvo un gran protagonismo. Él debió tomar la difícil decisión de abandonar su vida de donjuán para casarse con doña Luisa, madre de su hija adolescente, Angélica.

Durante toda la zarzuela se pudo observar cómo en la época en que está situada la obra se siente fuertemente la influencia que tiene la Iglesia católica en la vida de las personas, pues el padre Juan constantemente anduvo merodeando por la casa de don Sofanor, instándole a que tome las decisiones correctas.

María Pacurí fue la obra más querida, difundida y popular de Manuel Frutos Pane, posiblemente porque al disfrutar de la zarzuela podemos percibir la esencia de nuestras costumbres nacionales, de la fauna y flora, las leyendas y los quehaceres diarios.

Asistir, de vez en cuando, a estas presentaciones puede reconectarnos con la sangre guaraní que corre por nuestras venas y hacernos valorar, por sobre todo, las canciones, danzas y teatros que nos dejaron grandes exponentes de la cultura nacional. Tal como María Pacurí permanece en el corazón de todas las personas de la obra, así mismo deben perdurar las tradiciones paraguayas en nuestros corazones.

Por Fiona Aquino (18 años)

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