Ni los niños se salvan: políticos hacen campañas en centros educativos

Para las campañas proselitistas, algunos políticos ahora utilizan a los niños, regalándoles mochilas y posando con cartelitos de agradecimiento. ¿Dónde quedaron el respeto hacia los más inocentes y la prohibición de hacer política en los colegios?

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En estos días, vimos en las noticias dos casos de campañas proselitistas en las que se utilizó a los niños para ganar estrellitas doradas de reconocimiento. La intendenta de Villa Oliva regaló mochilas que tenían la inscripción “Luis Benítez, Pedro Alliana, 2018”, mientras que Sandra McLeod, intendenta de Ciudad del Este, posó para los fotos con escolares que le agradecían por sus obras y sostenían cartelitos con frases como “Tía Sandra, te queremos”.

Cuando el caso de Villa Oliva salió a la luz, los involucrados trataron de justificarse, argumentando que las mochilas eran una donación y no tenían relación con los kits del MEC. Aunque esto fuera cierto, ¿qué necesidad había de promocionar los nombres de los colorados Benítez y Alliana? ¿No conoce la intendenta la prohibición legal de hacer política partidaria en un centro educativo?

Durante las campañas políticas, es común ver a los candidatos dando caramelitos aquí y allá para ganar adeptos. Es posible que muchos ciudadanos ya se hayan cansado de estas prácticas y estén hartos de escuchar las mismas promesas de siempre. Entonces, algunos politiqueros decidieron apostar por los niños; tal vez para jugar con la sensibilidad de las personas, quienes dirán: “¡Qué noble gesto desinteresado tuvo fulano de tal con los pequeños! Merece nuestro voto en el 2018”.

En nuestro país, todo está al revés. Mientras que lo correcto sería elegir a un candidato para que este se desempeñe bien en sus funciones, algunos políticos prefieren descansar la mayor parte de su mandato y hacer unas cuantas obras en épocas cercanas a las elecciones para quedar bien ante la gente. Lo triste del hecho es que ahora involucran a los niños en las prácticas proselitistas.

Un político noble tendría que respetar los derechos de los más chicos, quienes son el futuro de esta nación. Los pequeños merecen aprender en aulas que no se derrumben y necesitan kits escolares que faciliten el aprendizaje. Estas son cosas que deberían ser garantizadas por las autoridades, sin necesidad de vanagloriarse por ello; al fin y al cabo, solo están cumpliendo con sus funciones.

Los políticos con sed de poder arrasan con todo lo que encuentran a su paso y ya no les importa involucrar a los niños en la lucha por la victoria. Tal vez suene utópico, pero sería genial vivir en un país en el que los candidatos cumplan con sus promesas y no utilicen sus cargos para favorecerse a sí mismos o a sus partidos mientras pisotean los derechos de los más inocentes.

Por Viviana Cáceres (19 años)

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