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Iván es un joven que día tras día sigue una lucha constante debido a que le diagnosticaron parálisis cerebral a los 8 meses de haber nacido, lo cual le impide caminar. Se desenvuelve en silla de ruedas y un andador, sus acompañantes de toda la vida.
“Siempre confié en mí, nunca perdí la esperanza”, cuenta Iván, beneficiado con una de las más de 1.000 becas que ofrece Itaipú. El mismo estudiará ingeniería en informática en la UNA, para convertirse en un profesional y así poder cooperar con su familia.
El joven se preparó durante solo dos semanas para los exámenes, sin ayuda de algún docente particular; cuenta que estaba muy seguro de sí mismo a la hora de rendir. Al enterarse que aprobó todas las asignaturas, sintió que se sacaba un gran peso de encima.
“Me gusta explorar y saber todo lo que se relacione con la informática, soy bastante curioso en esa área”, afirma Iván. Cuenta que ser becado es una gran oportunidad para él, debido a que no cuenta con la posibilidad de estudiar en una institución privada.
Con ayuda de su madre, quien es su gran motivación, Iván logró varios reconocimientos por su gran desempeño en el estudio y su inteligencia.“Sin mis compañeros no hubiese logrado nada”, comenta el chico, quien siempre tuvo el apoyo de sus familiares, amigos y profesores. Pese a su discapacidad, el joven no se siente excluido y a donde va es tratado de buena manera.
“Quiero ser profesional para ayudar a mi madre, tener una familia y un hogar como cualquier otra persona”, manifiesta Iván. Solo pide al Gobierno más infraestructura en las instituciones educativas y lugares públicos a fin de que las personas con capacidades diferentes puedan movilizarse con comodidad y se relacionen sin mayores obstáculos con los demás.
Por Mónica Rodríguez (18 años)