¿Para qué sirven los partidos políticos si no se ocupan de crear nuevos líderes?

La intención de los partidos políticos debería ser la formación de nuevos líderes que puedan dirigir la nación. Sin embargo, únicamente crean hurreros y aglutinan a gente poco preparada que ni conoce siquiera la ideología de las agrupaciones.

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Los partidos políticos tradicionales se crearon durante la posguerra del 70. De allí surgieron muchos hombres que dirigieron la resurrección de la patria y aportaron sus ideas para la reconstrucción de nuestra devastada nación. Un gran ejemplo de este esfuerzo colectivo fue el Dr. Cecilio Báez, miembro de aquella primera camada de egresados en Derecho de la Universidad Nacional de Asunción. El mismo se afilió al partido Liberal y llegó a ocupar el sillón de López.

De hecho, ese debería ser el objetivo de los partidos políticos de nuestro país; la ANR y el PLRA, las agrupaciones tradicionales y con mayor cantidad de afiliados, deberían ocuparse de crear líderes jóvenes y con verdaderos ideales de patriotismo, que quieran hacer crecer al país y no el bolsillo de sus amigos y empresarios cómplices.

En estos últimos años, son contadas las nuevas figuras que saltaron al ruedo político sin antes haber sido deportistas o faranduleros. Santiago Peña, Pedro Alliana y Marito Abdo Benítez son nuevos nombres con los que el partido Colorado está trabajando. Lo objetable del caso es que, al parecer, estos "líderes" siguen los mismos pasos de los más veteranos.

Mientras que el oficialismo busca ubicar a Peña como "un líder joven" y futuro de la patria, la disidencia colorada está encabezada por el hijo de uno de los más grandes socios políticos del dictador Gral. Stroessner, Mario Abdo Benítez. Por su parte, Alliana, leal a Cartes, es presidente del partido Colorado y su gestión se vio manchada por casos como el de la falsa firma de los muertos proenmienda y el apoyo de su persona hacia la violación de la Constitución Nacional.

En la otra vereda, el partido Liberal cuenta con su agrupación juvenil que está empezando a moverse y a hacerse escuchar. De igual modo, no ha surgido ningún nombre nuevo en la zona alta del PLRA, pues los precandidatos presidenciales, Efraín Alegre y Carlos Mateo Balmelli, son viejos conocidos del ámbito político. El primero ya fue candidato a presidente en el 2013, mientras que el segundo perdió las internas para elegir al compañero de fórmula de Fernando Lugo en el 2008.

Esta escasez de nuevos líderes los lleva a la desesperada fórmula de buscar gente del ámbito deportivo, de los medios y del espectáculo como nuevas figuras y futuras autoridades nacionales. Basta con ver a nuestro actual presidente y a varios ministros, legisladores, intendentes y concejales para darnos cuenta de a quiénes hemos entregado el poder. Es más, para las elecciones generales del 2018, ya han anunciado su candidatura otras personas que ayer estaban bailando en la TV.

Al parecer, esta situación continuará por varios años, hasta que los que hoy son estudiantes secundarios y universitarios puedan tener edad y capacidad para liderar una nación. Lo llamativo de la mayoría de estos jóvenes, futuro de la patria, es que no se formaron en la ANR ni en el PLRA, sino en sus colegios, universidades u organizaciones estudiantiles. Si los colorados o liberales no pueden o no saben formar nuevos líderes, la pregunta que nos hacemos es, ¿para qué sirven los partidos políticos?

Por Brian Cáceres Verón (18 años)

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