Si querés ser un deportista profesional, necesitás talento, ganas y mucha suerte

Muchos jóvenes de nuestro país anhelan convertirse en deportistas, el sueño del papá casi siempre es que su hijo sea futbolista; los chicos dedican horas de entrenamiento con miras a llegar a su objetivo. Pero en la realidad, no basta sólo con el talento y el esfuerzo, también se necesita mucha suerte y tener los pies sobre la tierra.

Si naciste con talento, todo se hace más fácil, desde chico contás con cosas que ningún entrenador puede enseñarte, pero el problema de los “genios” es que dejan de lado la preparación y el esfuerzo; no creas que Ronaldo y Messi solo necesitaron sus habilidades. Por otro lado, están los que nacieron pysatronco, pero tienen tantas ganas de jugar como los buenos, entonces duplican el entrenamiento para tratar de reemplazar la calidad que les falta.

Existen chicos que quieren ser deportistas por necesidad, no cuentan con recursos y saben que llegar a la élite puede ser clave para sacar a su familia adelante; muchos de los que llegaron al profesionalismo tienen historias similares. No faltan los que tienen prácticamente todo: talento, dedicación, cabeza y apoyo económico, en esos casos, solo faltaría la suerte, que llegue a su meta depende de una moneda al aire.

La suerte es más que necesaria en un país como el nuestro; el nivel de infraestructura está a años de Alemania, Inglaterra o Brasil; sin embargo, eso no es lo único que priva a muchos niños de oportunidades.

Cuando te ves a medio camino, estás fichado en algún club o te ganaste un lugar en un equipo, comienzan las tentaciones: el alcohol, los supuestos amigos que te invitan a fiestas, tenés problemas amorosos como un adolescente cualquiera y eso hace más difícil que te enfoques en tus responsabilidades. En ese momento de desequilibrio en tu vida, es donde se decide si sos capaz de llegar al máximo nivel.

Muchas otras cosas son capaces de afectarte, puede llegar una lesión inesperada o que simplemente no le caigas bien al entrenador. Por eso, la suerte y un montón de factores más deben sumarse a tu talento y esfuerzo, para que logres ser deportista. Igualmente, nunca renuncies a un sueño como el de ser deportista por más difícil que sea alcanzarlo; pase lo que pase, tenés que dar todo de vos y pelear hasta el final.

Si no conseguís llegar al profesionalismo, podés quedarte con el orgullo de haber intentado todo lo que estaba en tus manos. Además, siempre vas a tener el tiempo para jugar un partidito con tus amigos o, quién sabe, tal vez vos que estás leyendo esto seas el salvador de nuestra selección en el futuro.

Diego Benitez (18 años)