Viajar en avión por primera vez, ¿una experiencia llena de estrés o adrenalina?

Estuviste esperando tres horas en el aeropuerto; de repente, escuchás una voz indicando que tu momento de abordar al avión llegó. Sentís nervios, estrés y curiosidad, porque subir por primera vez a ese pájaro enorme es muy difícil. ¿Tenés miedo a volar?

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Las primeras veces siempre son difíciles de afrontar, porque no sabés con qué te vas a encontrar; asimismo, subir a un avión puede ser muy estresante. Desde el momento en que llegás al aeropuerto, tu semblante empieza a cambiar; de forma repentina, comienzan a aparecer en tu mente imágenes de accidentes aéreos que estaban guardados en tus recuerdos.

El miedo hace que trates de distraerte, lo primero que se te ocurre es ir a comprar algo de comer, entonces, te vas y pedís los famosos alfajores, pero una vez que los tenés, desaparece tu hambre. Comenzás a perder la paciencia, querés que llegue el momento y, al mismo tiempo, esperás que no pase la hora.

Las trámites hacen que te tranquilices un poco, el check-in toma algunos minutos y te permite despejarte mientras presentás tu pasaporte; luego viene el embarque, migraciones y demás. Hasta que llega el momento, escuchás tu vuelo a través del altoparlante y emprendés camino hacia el avión.

Una vez que te subís a la poderosa aeronave, tratás de poner tu mejor cara posible para aparentar confianza y experiencia en vuelos. Caminás hasta encontrar tu asiento, te sentás y lo reclinas de manera a estar en una buena posición; tu idea para no sentir el viaje es dormir profundamente todo el camino.

Cuando te sentís cómodo al fin, la azafata inicia con sus advertencias de seguridad y, mientras ella va contando las formas salvarse si hay un accidente o problema, tus miedos se multiplican. La interminable exposición llega a su fin, pero ya se te acabaron las ganas de dormir, despega el avión, cada ruidito que sentís te genera preocupación, te alejás rápidamente del suelo y de tu hogar, los paisajes se vuelven increíbles.

Poco a poco te tranquilizas, te das cuenta de que no era tan malo como pensabas, la aeronave ya se acomodó en el aire y decidís que tenés que disfrutar en lugar de sufrir. Mirás a través de la ventana y observás lo espectacular que es la vista desde arriba, fácilmente olvidas todos tus miedos y la cordura vuelve a vos. Tu primer viaje en avión está ocurriendo.

Llega la comida, las azafatas te tratan con amabilidad, el tiempo al fin pasa normalmente y, antes de que te des cuenta, ya anuncian tu llegada a destino. No hay nada que temer, viajar en avión es una experiencia para disfrutar. Según una estadística, se produce un accidente aéreo en uno de cada 7,36 millones de vuelos, así que no te preocupes por nada, tampoco podés tener tanta mala pata.

Diego Benítez (18 años)

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