Descubrir los secretos de Menorca en el "Camino de Caballos"

La isla de Mallorca es un destino para turistas que quieren practicar el senderismo. Menorca, en cambio, es conocida más bien por sus bahías vírgenes. Pero el Camí de Cavalls demuestra que es un auténtico paraíso que revela secretos sorprendentes.

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El plan suena bien: dar la vuelta a la isla por un sendero costero. Son 185 kilómetros, una caminata de diez días. Sin embargo, la vista que ofrece Menorca desde el avión durante la maniobra de aproximación no eleva mucho el estado de ánimo.

"Cuando uno viaja a Menorca en avión, desde arriba no tiene precisamente la impresión de que allí abajo hay un paraíso para los amantes del senderismo. Tanto mayor va a ser la sorpresa", dice Ralf Freiheit. Este guía para senderistas, de origen alemán, vive en Menorca desde 1987 y conoce la isla mejor que nadie.

El sendero costero de largo recorrido GR-223, también llamado Camí de Cavalls (Camino de caballos) , está muy bien señalizado. Casi cada 100 metros hay estacas que indican el camino. El sendero circular alrededor de la costa aún es joven: fue inaugurado completamente en 2010.

Sin embargo, los orígenes del Camí de Cavalls se remontan a la Edad Media. "Se trata de un camino de patrullaje histórico que los aristócratas y latifundistas recorrían a caballo a lo largo de la costa para avistar piratas y atacantes", explica Ralf.

Desde Maó, la animada capital de la isla, uno llega después de un par de horas a la costa noreste de Menorca. Por fin vamos a caminar con vistas al mar. La brisa salada refresca.

Poco antes de la playa de Es Grau, Ralf abandona el sendero señalizado. La primera sorpresa es el parque natural S'Albufera des Grau. Ánades reales, fochas, garzas, tortugas y cormoranes retozan por la laguna costera. El paisaje es un laberinto de dunas, praderas de posidonia, islas y lagunas.

"En la década de los 70, un grupo de inversores quiso construir aquí un gigantesco complejo turístico con un hotel de lujo y un campo de golf. Sin embargo, las protestas de la población afortunadamente lo impidieron", dice el director del parque, Martí Escudero.

Seguimos el camino pasando por olivares salvajes y encinares frescos. Después de algunos kilómetros, poco después de la bahía de Morella, el paisaje costero en el Cap de Favàritx con su faro cambia de forma abrupta. La vegetación es escasa debido a los vientos de tramontana. No hay árboles. Caprichosos acantilados de pizarra dominan el paisaje.

"Este lugar tiene algo mágico y no parece mediterráneo", dice Ralf, quien junto con su mujer Jutta gestiona la agencia de senderismo Rutas Menorca y contribuyó de forma decisiva a que se abriera al público el "Camino de Caballos". Efectivamente, aquí el paisaje se asemeja más bien a la costa atlántica de Galicia.

Atravesando campos de cultivo y pastizales, el senderista llega a las salinas de Mongofra. El camino de tierra pasa entre pinares y gigantescos cactus. En bahías que se parecen a fiordos, antiguos pueblos de pescadores como Fornells todavía exhiben su encanto.

El constante subir y bajar por el paisaje de dunas cubiertas de hierba hace que el sudor chorree por la frente. En el extremo norte de isla, en Cap de Cavallería, los acantilados se alzan hasta una altura de 50 metros, una vista impresionante.

¿Qué tal hacer una pausa para tomar un baño en la playa de Cavallería, Binimel-là o en Cala Pregonda? No es nada fácil dedicir en qué playa quitar las botas, porque entre tantas pequeñas bahías una es aún más bonita que otra.

En verano hay bastante gente en las playas. Quien camine durante mucho tiempo por paisajes vírgenes disfrutando de la tranquilidad y soledad de la isla casi se siente asfixiado en algunas playas.

Sí, la soledad todavía existe en verano en una isla española del Mediterráneo, en el Camí de Cavalls. Hasta bien entrada la década de los 70, los menorquines vivían de la fabricación de quesos y zapatos. Por esta razon, en Menorca casi no hay grandes complejos hoteleros y bahías llenas de edificios como en Mallorca.

A pocos cientos de metros detrás de la Cala Pregonda comienza lo que quizás sea el paisaje costero más salvaje y más impresionante en toda la ruta, y también el que más esfuerzo exige. El sendero sube y baja de forma empinada. A veces, uno camina sobre playas de arena amarilla como en Cala Pilar para luego subir hasta una altura de 120 metros.

Los paisajes de dunas y humedales se alternan constantemente. Impresiona el permanente cambio del color de la tierra, desde blanco hasta rojo vivo. El senderista pasa junto a fantásticas formaciones rocosas que parecen estar allí para él solo.

"A finales del otoño, en invierno y también poco antes de comenzar la primavera, cuando las primeras orquídeas convierten el paisaje en un mar de colores, uno puede llegar a sentirse bastante solo aquí", asegura Ralf.

Día de descanso en Ciutadella, probablemente una de las ciudades portuarias más románticas en todo el Mediterráneo. A gran altura sobre el puerto está situado el casco viejo, lleno de vida, con sus casas de estilo mozárabe, la muralla y la catedral del siglo XIII, que domina todo el paisaje.

A partir de aquí comienza un paisaje muy diferente. La isla es cada vez más plana. Ahora, el panorama está dominado por campos de trigo y pastizales. En el sur de la isla, notablemente más turístico, el camino pasa también con cada vez mayor frecuencia por urbanizaciones y complejos vacacionales.

El norte de Mallorca impresiona por su belleza salvaje. Sin embargo, las bahías más bonitas están en el sur: Turqueta, Macarella, Macarelleta, Mitjana, Trebalúgar. Playas blancas con agua de color turquesa rodeadas por pinares. Aquí se filmaron cientos de anuncios publicitarios. Ante este escenario, hasta los demás turistas no importan.

Cuándo viajar: Durante todo el año. Sin embargo, la mejor época son los meses de abril a junio y de septiembre a principios de noviembre.

Senderismo: Para recorrer completamente la ruta costera circular, de unos 185 kilómetros, conviene planear al menos diez etapas diarias. Fuera de la temporada de verano, muchos hoteles están cerrados, por lo que es necesario solicitar un servicio de recogida. Hay muchos proveedores que ofrecen caminatas guiadas por el Camí de Cavalls.

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