Cerro perdió ante Nacional y extiende la crisis en el Apertura

Cerro Porteño continúa sin ganar y agranda la mala racha en el torneo Apertura 2021. El Ciclón, que jugó con diez todo el segundo tiempo por la expulsión de Aldo Maíz, cayó 2-0 ante Nacional en el Arsenio Erico (goles de Leonardo Villagra y Édgar Zaracho) y cayó al sexto lugar de la clasificación.

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Horrible, el peor partido de Cerro Porteño en el año. Ni siquiera jugar con diez todo el segundo tiempo por la inocente expulsión de Aldo Maíz es la causa de la derrota. En el once contra once, Nacional igual fue superior. En el inicio del partido marcó la diferencia con la tenencia, el control y la posición ofensiva. Avisó siempre, pero recién en el segundo período logró convertir. El rival nunca estuvo a la altura. Fueron pocas ocasiones, más por empuje o vergüenza.

Desde el 1-2 con Libertad nada es igual en el conjunto que deslumbró en el torneo Apertura pasado. El empate con Guaireña, que perdía 0-2 a cinco minutos del final, y la derrota en el clásico, siguen cargando la espalda de un equipo que no encuentra variantes o soluciones a través de ellas. Volvieron Alexis Duarte y Enzo Giménez, pero nada cambió. No hay ritmo, todo es anunciado y una las fortalezas del año pasado, la defensa, siembra dudas.

Cerro pide a gritos volver a la intensidad. Apuesta e insiste en la forma, pero solo unos pocos llevan la bandera. Ángel Cardozo Lucena y Claudio Aquino. El resto está en deuda. Queda evidenciado también que pese a los refuerzos puntuales, el plantel es corto y no tiene alternativas. Y ojo, que la Copa Libertadores comienza el próximo mes. También ojo al certamen local, porque pese a la derrota de Libertad, Guaraní, Olimpia y hasta Guaireña aceleran.

Un error de Rodrigo Muñoz condenó al azulgrana a los 66 minutos. Una mala salida, dejó a la defensa, adelantada y mal parada para el retroceso. Brahian Ayala recibió el mal pelotazo del portero y asistió a Leonardo Villagra, quien definió ante la salida desesperada del charrúa. Los dirigidos por Rodrigo López encontraron más espacio desde la tranquilidad por la ventaja y el desconcierto del rival. Cada ascenso era una ocasión de gol.

A los 73′, una proyección de Carlos Espínola fue la armonía perfecta para transformar una jugada con varios hombres por delante del balón en una acción de peligro. Centro atrás del lateral y definición de Édgar Zaracho, quien pateó contra el borde interior del travesaño para darle espectacularidad al gol: caída hacia el césped y rebote por el interior de la red para el grito de un tanto que sentenció el partido. No hubo vuelta atrás. Triunfo justo y hasta con un resultado corto.

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