Triunfo clave del Kelito

<b>Luqueño, un error y una irresponsabilidad</b>

La victoria de River fue merecida. Recuperado de la dolorosa caída contra Guaraní antes de las Eliminatorias Sudamericanas, el Kelito continúa en la pelea por la permanencia. El triunfo, contra un rival directo, es clave y permite repuntar en el promedio.

En un partido discreto, los detalles son vitales y cambian la historia de un evento. Y este partido fue otro ejemplo porque cuando el local intentaba en ataque, a pesar de la poca claridad para elaborar acciones de peligro, llegó un gol que no estaba ni en el más inmediato plan.

Del visitante, poco en ataque, por el sistema conservador y los jugadores naturales para defender, con muchas volantes de recuperación. En la primera jugada en la que pudo asociar o juntar gente en los últimos veinte metros, Willian Candia asistió al medio para Orlando Gallardo, quien al recibir, encontró un espacio que amenazaba para el remate directo al arco. Y el mediocampista se animó, pero el tiro parecía terminar en las manos de Diego Huesca. Sí, parecía, porque el balón se escurrió de las manos del portero y terminó adentró. Un infortunio, pero determinante para que el resto del encuentro sea distinto a la media hora.

El tanto desconfiguró a Luqueño, que no reaccionó y enseguida, recibió el segundo. En esta oportunidad, por una inocente y torpe infracción de Jonathan Schunke, quien codeó dentro del área Hernesto Caballero sin que la pelota este cerca de la posición que ambos ocupaban. El VAR revisó la falta, informó al juez y este sancionó la pena máxima. El mediocampista, con un tiro fuerte al medio, anotó el segundo, que sentenció el resultado.

El segundo tiempo, con el Auriazul atacando por vergüenza, fue un mero trámite.