En los últimos 12 meses concluidos en enero, la actividad, que representa unos dos tercios del Producto Interior Bruto (PIB) brasileño, creció a un ritmo del 2,9 %, inferior al 3,2 % registrado en diciembre, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
La caída entre diciembre y enero se debió principalmente al descenso en el sector de transportes (-1,8 %) y en los servicios prestados a las familias (-2,4 %).
De esta forma, después de alcanzar su máximo histórico en octubre de 2024, el sector servicios presentó dos tasas negativas y una estabilidad (0,0 % en diciembre) en los últimos tres meses del año pasado.
El ramo fue, sin embargo, uno de los grandes responsables del crecimiento de la economía brasileña en 2024, que se expandió un 3,4 %, aunque igualmente evidenció cierto debilitamiento en el último trimestre del año, según los datos oficiales.
De hecho, el mercado financiero y el Gobierno proyectan un frenazo para este 2025 y calculan que Brasil, la mayor economía de América Latina, crecerá en torno a un 2 %, con una inflación superior al 5 %.