El rojo y el verde, de la bandera de Portugal, tiñeron el exterior del Aeropuerto Internacional Humberto Delgado de la capital lusa, donde, pese a las altas temperaturas, los aficionados esperaron durante más de una hora, que amenizaron con cánticos.
Muchos de los que se desplazaron hasta las puertas del aeropuerto este lunes eran niños.
"He venido a apoyar al equipo, creo que es un logro y es un logro súper importante. Es el tercer trofeo del equipo, así que es un hito súper importante para nosotros y creo que nos lo merecemos, somos el mejor equipo", dijo a EFE David Larcas, un aficionado de Lisboa que se acercó junto a su madre y su novia.
También llegó a "apoyar a la selección" Jeremías, que explicó a EFE que este equipo "vale oro" mientras agitaba una gran bandera de Portugal y recordaba el partido del domingo como uno con "mucho sufrimiento".
El avión de los jugadores, sin Cristiano Ronaldo, y el cuerpo técnico, con el seleccionador Roberto Martínez a la cabeza, aterrizó poco después de las 13.00 hora local (12.00 hora GMT), tras haber partido desde Múnich (Alemania), donde se jugó la final el domingo.
Los mediocentros Bruno Fernandes y Bernador Silva, del Manchester United y del City, respectivamente, desataron la euforia de los asistentes cuando salieron con el trofeo en sus manos.
Sin dejar la copa, ambos jugadores se acercaron a un grupo de aficionados para tomarse fotos y firmar algún que otro autógrafo.
Antes de subir al autobús, Martínez declaró a los periodistas que "es increíble". "Un momento muy especial que se quedará con nosotros para siempre, nos da aún más fuerzas para los próximos 12 meses, para intentar clasificarnos para el Mundial", señaló.
Y sobre el futuro de la selección portuguesa dijo que la estrategia debe ser "creer y ser muy resistentes".
"Seguir con nuestro plan y el talento que nos ayuda a ganar títulos", subrayó Martínez.
Tras abandonar el aeropuerto, el equipo se trasladó a la sede de la selección, la Ciudad del Fútbol de Oeiras, en las afueras de Lisboa, donde ha depositado el trofeo.
Portugal se impuso el domingo a España en la ronda de penaltis de la final de la Liga de Naciones tras un frenético partido que mantuvo la tensión hasta el último momento.