El Cluj acudió a la final de la Supercopa con la intención de reducir distancias en la clasificación histórica de títulos. Con cuatro en sus vitrinas, quería ganar para acercarse a los siete que lucía el Steaua Bucarest antes del pitido inicial.
Estuvo a punto de conseguirlo, se resistió a la derrota casi hasta el final y sólo Radunovic, con su gol en el minuto 91, desniveló definitivamente la balanza de un choque en el que Dennis Politic adelantó al Steaua en la primera parte y que igualó Razvan Fica en la segunda.
Al final, Radunovic, con un zurdazo ajustado al palo desde fuera del área, fue quien se encargó de subir el 2-1 al marcador. Su disparo, sobre la bocina, terminó con la resistencia del Cluj e impulsó al Steaua hacia su octava Supercopa de Rumanía.