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La jueza volverá a reunir a los abogados de las instituciones deportivas y a los defensores de los condenados, el exjefe de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, y el exjefe del fútbol brasileño José María Marín, sentenciados en agosto a 9 y a 4 años de cárcel, respectivamente.
La Conmebol reclama 94,2 millones de dólares a Marín, de 86 años, y a Napout, de 60, mientras la FIFA les pide 28,5 millones. Ninguno estuvo presente en la audiencia.
La Confederación de Fútbol de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) les pide de 42,9 a 47,9 millones de dólares, sobre todo por lo que perdió por “la venta corrupta de sus derechos comerciales a la Copa América Centenario” celebrada en Estados Unidos en 2016.
La Concacaf quiere recibir también lo que podría haber ganado en este torneo si el escándalo de corrupción no hubiera estallado en su fase preparatoria, un daño que evalúa en 2,8 a 7,8 millones. La Copa América Centenario “fue un torneo sumamente exitoso, pero muy probablemente hubiera sido más exitoso en la ausencia de escándalo”, dijo su abogado en la corte.
Los abogados de Marín y Napout disputan que sus clientes deban pagar restitución. “Para comenzar, discrepamos con que hubo pérdidas”, dijo un abogado de Napout, Marc Weinstein.
Además de las restituciones y la cárcel, los condenados enfrentan serios castigos: Chen ya ordenó a Napout devolver 3,37 millones de dólares que recibió en sobornos y pagar una multa de un millón. Marín deberá pagar una multa de 1,2 millones y devolver casi 3,4 millones en coimas.