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Con muy poco, Olimpia consiguió la victoria que necesitaba frente a Capiatá, para afirmar que es el único puntero del campeonato, aún teniendo un partido pendiente frente a Libertad.
El equipo “escobero” mantuvo el cero en el marcador en el primer tiempo, basándose en un mediocampo cerrado y una defensa que repelía cuantas cargas producía el cuadro decano.
Esa era la apuesta capiateña, que tuvo a Florenciáñez para generar contragolpes y en punta a un aguerrido pero impreciso Julio Rodríguez, quien desperdició las dos oportunidades claras que tuvo en la primera etapa frente al arco de Aguilar, lo que a la postre lamentarían los visitantes.
Las proyecciones de sus laterales Otálvaro y Díaz fueron nuevamente argumentos valederos para Olimpia, principalmente por el lado izquierdo.
El encuentro no estuvo exento del poco pulso del árbitro Enrique Cáceres para conducir un partido de esta naturaleza. De esos jueces que no dudan en amonestar a los dos minutos a un jugador del equipo más “chico”, como ocurrió en la primera falta de Florenciáñez, y sin embargo espera hasta los últimos minutos para amonestar a Camacho por sus reiteradas simulaciones de faltas inexistentes.
El ingreso de Santa Cruz, en el segundo tiempo, le dio un toque distinto a Olimpia en función de ataque. Una de las tantas proyecciones de Díaz terminó en un centro pasado, que Camacho, descuidado por Alonso, cabeceó solo para marcar el único gol.
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