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El ansiado tanto fue festejado de forma explosiva por los jugadores, incluyendo a los suplentes. De la Cruz no halló mejor forma de expresar su alegría, que haciendo aquel conocido y desagradable gesto con las manos hacia sus partes bajas indicando gran volumen. Por un gesto similar había sido expulsado en una ocasión Jorge Ayala, de Carapeguá. Sería oportuna alguna orientación puntual a los jugadores acerca del decoro deportivo.