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Casi al final del juego marca la diferencia
Para Rubio Ñu no fue un partido más el que disputó ayer frente a Trinidense. Era un encuentro de mucha trascendencia para seguir pensando en la posibilidad de permanecer en Primera División.
El cuadro visitante, ya descendido, se jugó el honor en el clásico de Trinidad e ingresó al campo de juego decidido y ambicioso, mostrando que no le iba a resultar fácil al dueño de casa hacerse con el objetivo.
Y realmente fue “Triqui” el que tuvo mayores aproximaciones en el cuarto de hora del trámite del encuentro. Tuvo situaciones claras, como así también el dueño de casa que con los minutos le tomó más el pulso al partido y fue creando también peligros en las cercanías del arco defendido por José Bogarín.
El clásico se hizo de ida y vuelta y con ambos equipos que buscaban permanentemente el gol. Intentaron desde todos los ángulos, pero se les hizo complicado i romper el marcador, lo que generaba nervios no solo en los jugadores, sino que el clima tenso se trasladó hasta las graderías, lugar donde se registraron incidentes, primero con la gente de Trinidense y después con los aficionados albiverdes.
Corrían los minutos en la parte final, se fue expulsado Schuartzman y en medio de todas las voluntades que pusieron los jugadores, apareció la figura salvadora de Eric Cristaldo, quien tras una acción de Luis Cáceres pudo empujar el esférico en forma desesperada en el arco de Bogarín para darle al equipo una victoria clave que lo aferra al sueño de seguir en primera.