Central del Aña Cua también deja dudas desde la perspectiva técnica

El caudal ecológico fue la fórmula que acordaron la EBY y el Banco Mundial para evitar que se secara el brazo Aña Cua del río Paraná; sin embargo, el promedio anual entre 2011 y 2017 superó los 3.000 m3/s, hecho que sugiere varias preguntas.

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Ante la posibilidad real de que la operación de la central de Yacyretá secase el importante brazo del río Paraná y provocara, por consiguiente, un desastre ambiental, incluso con la exigencia del Banco Mundial, la EBY asumió el compromiso de derramar a través del segundo vertedero de la represa, situado sobre el Aña Cua, el llamado caudal ecológico, o sea 1.500 metros cúbicos por segundo (m3/s).

No obstante, según los registros que mensualmente publica el Departamento Técnico-Movimiento de Energía de la EBY, el promedio anual entre 2011 y 2017) fue de 3.080 m3/s.

Si observamos el comportamiento del río en 2016, año de mucha agua, con sus consecuentes récords de generación, veremos que el caudal promedio que dejaron pasar fue de 3.938 m3/s y tan solo enero de este año: 7.215 m3/s.

Ante números tan categóricos, tendríamos dos probables conclusiones: que los ambientalistas que estudiaron el asunto se equivocaron o, tal como lo señala el Ing. Axel Benítez Ayala, “la EBY no puede aprovechar los mayores caudales”, porque el estado actual de su parque productor solo permite aprovechar un 80% de la potencia instalada (2.500 MW de 3.100 MW).

La inferencia del especialista compatriota, tal vez la menos agradable, especialmente para los responsables del Acta Cartes/Macri de 2017 y de la hasta ahora nonata Nota Reversal de 2017, la que, según ellos, sería la herramienta que superaría las inequidades del Anexo C aún vigente, luego de 44 años de paciente espera, es la siguiente: “la readaptación de la EBY no pasa necesariamente por el Aña Cua como camino crítico”.

La posición oficial sobre la construcción de una nueva central hidroeléctrica en la margen izquierda del brazo Aña Cua del Paraná es la siguiente: 

“Es conveniente para cubrir parte de las demandas futuras del sistema eléctrico paraguayo. De acuerdo a estudios realizados, de darse el crecimiento sostenido que está teniendo actualmente la demanda de potencia, a partir del 2026 el país necesitará mayor fuente de generación ya que nuestra disponibilidad de potencia de las dos centrales binacionales más la de la Central Acaray serán totalmente utilizadas …”.

En rigor es Argentina la que necesita, incluso ya, de esa energía. Según la prensa del vecino país, el sistema interconectado argentino alcanzó picos que rondaron los 26.000 MW la última semana.

En cuanto al futuro del sistema interconectado nacional, o sea el del apagón eléctrico para el 2025, antes que pronóstico se asemeja a una adivinanza.

Recordemos que hasta hoy la electricidad ocupa apenas el 18% de la estructura de consumo final de energéticos en Paraguay. 

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