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Por lo pronto, sin embargo, ya han surgido significativas inconsistencias entre los números disponibles y lo señalado por el ministro. El proyecto presentado contempla gastos salariales de la administración central por 23,8 billones de guaraníes, equivalentes a 3.144,4 millones de dólares al tipo de cambio presupuestado. Conforme a estos números, en realidad tenemos que el peso del gasto salarial sobre los ingresos genuinos será del 60%, lejos del 52% anunciado por el ministro. Además, si consideramos la suma global destinada a dicho rubro, representa un aumento de 8,3% respecto a los recursos destinados en el PGN 2024 al pago de sueldos.
Adicionalmente, todavía resta saber no solamente cómo saldrá finalmente la ley luego del proceso de sanción parlamentaria, sino cuántas ampliaciones presupuestarias se terminarán materializando a lo largo del próximo ejercicio, algo que invariablemente ocurre todos los años. De hecho, de acuerdo con el último informe del Ministerio de Economía, en lo que va de 2024 el ratio de gasto salarial vs. recursos genuinos del Tesoro es del 63,9%, pero, por ejemplo, está pendiente una ampliación presupuestaria que conlleva la creación de 700 nuevos cargos públicos, más otras que seguramente se presentarán hacia el final del semestre.
Otro aspecto de gran relevancia a considerar es que el cálculo está hecho sobre la base de una expectativa de incremento del 7,3% en las recaudaciones tributarias, cuya concreción está por verse. Si bien una parte del mérito del sostenido aumento de las recaudaciones que se ha registrado durante este período habría que concedérselo a la gestión de la nueva Dirección General de Ingresos Tributarios, la realidad es que, fundamentalmente, se debe al ciclo de crecimiento que está experimentando la economía paraguaya, impulsado por las buenas cosechas y el rebote de la actividad económica posterior a la pandemia.
Pero los ciclos económicos son fluctuantes y el panorama para el futuro próximo no parece necesariamente acompañar el excesivo optimismo que proyectan las estimaciones. Los tres pilares de la economía paraguaya, que son la agricultura, la ganadería y la construcción, se están “desinflando”. Habrá que ver qué impacto tendrá una posible prolongación de la sequía, tanto en la producción como en la navegación y la logística, al tiempo de que existe una marcada depresión en los precios internacionales de los commodities agrícolas. En el sector granos podría haber una caída de 2.000 millones de dólares, lo que implicaría una reducción directa de 200 millones de dólares solamente en IVA, sin considerar el efecto en el resto de la cadena.
Si los ingresos están sobreestimados, la relación de la que habla el ministro es más ilusoria que real, porque los gastos salariales son lo más fijo que hay en el presupuesto y prácticamente no se pueden recortar. Si hay que hacer recortes ello recaerá de nuevo sobre los costos operativos y las inversiones físicas, con lo cual el peso del gasto corriente en servicios personales tenderá a crecer, no a disminuir. Esto se agrega a otros dos factores preocupantes de alta incidencia en los gastos fijos. Uno es el alarmante aumento del costo del servicio de la deuda. En el proyecto del Ejecutivo está prevista una erogación en este concepto de 1.643 millones de dólares en 2025 (4,3% del PIB), nada menos que 32,8% más que en 2024. Ello se contabiliza dentro del gasto como 12,4 billones de guaraníes, pero podrían ser más por el efecto de la apreciación del dólar para el endeudamiento en moneda extranjera. El otro factor es el déficit de la Caja Fiscal, cuya reforma al parecer será nuevamente postergada.
Por ahora, lo concreto es que el proyecto de presupuesto presentado prevé un egreso total de 17.557 millones de dólares, lo que implica un aumento del 14%. Ojalá el ministro Fernández esté en lo cierto y a finales de 2025 tengamos que felicitarlo a él y al Gobierno por una corrección sustancial en la estructura del gasto público, con un menor costo de la burocracia estatal y más recursos disponibles para áreas prioritarias y mejores servicios a la ciudadanía.