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Lascano indicó que desde el punto de vista arqueológico es muy interesante el lugar, considerando que a partir del trabajo se puede ratificar, rectificar o confirmar si es tal cual como aparece en las documentaciones en las que se basan los escritos históricos.
Sitio para venerar
El especialista charrúa calificó al Ñeembucú como una joya en bruto a la que hay que tallarla, pero ser muy cuidadosos en el momento de construir las obras para no dañar nada. “Los campos de batalla, no son solo patrimonios históricos, sino sitios de vocación, templo. Curupayty no es solamente sitio arqueológico, sino un lugar para venerar, es un tesoro”, sostuvo.
Expresó su anhelo de que antes de los 150 años de Curupayty se pueda concretar el proyecto, realizar el trabajo y presentarlo en el año 2016 para relanzar la historia.
Para la arqueóloga de la Secretaría Nacional de Cultura, Alison Ruth, los trabajos ejecutados cumplieron el objetivo principal de la identificación del sitio Boquerón del Sauce y sus trincheras.
Dijo que lamentablemente llega mucha gente que ni respetan a guías y gestores culturales, se dedican al saqueo. Resaltó que se debe poner mano dura para la protección.
“Los materiales históricos y arqueológicos cruzan la frontera y están desapareciendo”, expresó.