Ritual del regreso a casa para pasar en familia las fiestas de fin de año

Miles de compatriotas cumplen con el rito de “volver a casa” todos los años en las proximidades a las fiestas de fin de año. Pasar en familia tanto la Navidad como el Año Nuevo es el principal objetivo que tienen.

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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). Un intenso movimiento de personas existe desde el domingo último en los pasos fronterizos y en la terminal de ómnibus de esta ciudad. La mayoría son compatriotas que regresan a nuestro país con la intención de pasar con sus seres queridos las fiestas de fin de año.

Según las estimaciones, la llegada de los connacionales se duplicará en el transcurso de hoy y mañana. “Estimamos que este año vendrán entre 10.000 y 12.000 compatriotas que viven en Buenos Aires”, expresó el directivo de la empresa Río Paraguay, cuya ventanilla está en la estación de buses, Claudio Tenca.

Dijo que quienes más retornan a pasar las fiestas son los jóvenes solteros, o parejas sin hijos, o que tienen uno solo. El viaje desde la capital argentina hasta nuestro país tiene un costo de entre G. 300.000 y G, 400.000 por persona e implica un gasto importante, mencionó el empresario.

Expresó que para una familia numerosa el dinero que se necesita es mayor, además, durante su estadía tienen que pagar la comida y otros gastos “y dadas las condiciones económicas en este momento en la Argentina y el bajo precio de su moneda con respecto al guaraní, para muchos eso es una limitante”, señaló.

La mayoría de los viajeros que llegan a Encarnación son oriundos de ciudades del interior de Itapúa, como General Delgado, Artigas, San Pedro del Paraná, Edelira, Itapúa Poty, entre otras. También son de ciudades de departamentos vecinos, como de Yuty (Caazapá), quienes por la cercanía utilizan la ruta Buenos Aires-Encarnación para sus viajes.

Jóvenes que trabajan en el área de la construcción, pintores de edificios y empleadas domésticas son los que más vienen en estas fechas.

En el vecino país, con mucho esfuerzo, trabajan y hasta ayudan a sus familiares que quedan en su casa natal, por lo general hermanos pequeños, padres ya muy mayores para el trabajo en la chacra.

Hay otros que ya tienen raíces echadas en la ciudad que los adoptó, ya son abuelos, tienen su mundo creado en torno a la nueva vida que llevan en el vecino país, para quienes venir a pasar las fiestas se les hace más complejo, entonces, regresan en muy pocas ocasiones.

Pese al largo periplo, que demanda entre 14 y 15 horas de viaje en bus, más otras 3 o 4 horas para cruzar el puente internacional San Roque González de Santa Cruz que une Encarnación con Posadas (Argentina), y otras dos horas o a veces más, para llegar a sus localidades de destino, el esfuerzo bien vale la pena, comentaron algunos de los que llegaban con sus grandes valijones.

Expresaron que venir a pasar las fiestas en nuestro país renueva el espíritu y las ganas de seguir trabajando duro en otro país, donde lo único que tienen es el empleo. Además, aunque estando allá igual comen la sopa paraguaya y el chipa guasu, los preparados no tienen el mismo sabor de los que hacen las mamás o abuelas en el tatakua de barro, comentaron.

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