Descabezan a Petrobras sumida en un enorme escándalo de corrupción

La presidenta de Petrobras, Graça Foster, y el directorio de la estatal renunciaron ayer empujados por los coletazos de un escándalo de corrupción que azota a la estatal y que tiene también ramificaciones políticas. El expresidente del Banco Central Henrique Meirelles es uno de los principales candidatos a ocupar el cargo.

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RÍO DE JANEIRO (AFP, EFE).En una nota al mercado la mañana de ayer, Petrobras informó “que su Consejo de Administración se reunirá el próximo viernes (por mañana) para elegir al nuevo directorio después de la renuncia de la presidenta y los cinco directores”.

La confirmación oficial llegó después del martes, que estuvo plagada de rumores y versiones de prensa que dispararon las acciones de Petrobras a más de 14% en la bolsa de São Paulo.

El valor de Petrobras en la bolsa de São Paulo se redujo en 150.000 millones de reales (unos 55.555,5 millones de dólares), un 58%, desde octubre pasado, cuando la mayor empresa de Brasil informó de que estaba contabilizando los desvíos de dinero que no llegó a sus arcas.

La mandataria brasileña Dilma Rousseff se resistió por meses a la salida de Foster y a los cinco directores, pero terminó por aceptarla ante la irrecuperable confianza del mercado y presiones de grupos políticos cercanos, según analistas y la prensa local.

La mayor empresa pública de Brasil está sumergida en un escándalo de corrupción sin precedentes, por el que la justicia investiga una red ilegal de sobornos entre Petrobras y empresas constructoras que habría actuado durante una década y movió unos 4.000 millones de dólares.

El expresidente del Banco Central Henrique Meirelles es uno de los principales candidatos a ocupar la silla, según versiones de prensa, aunque está en el aire la pregunta de quién estará dispuesto a asumir el liderazgo de una empresa en graves problemas.

Foster, que ya había puesto su cargo a disposición varias veces, dijo en diciembre que seguiría al frente de la mayor empresa del país mientras contara con la “confianza” de Dilma, su amiga por más de 15 años.

Foster es partidaria del oficialista Partido de los Trabajadores de Rousseff (PT, izquierda), pero hizo carrera en la estatal, a donde entró en 1978 como pasante.

La oposición –que promueve investigaciones sobre el caso en el Congreso y quiere llegar hasta la misma Rousseff– pedía su salida al considerarla como una suerte de “escudo” para el filón político.

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