Judíos marchan por la “Jerusalén reunificada”

Decenas de miles de israelíes marcharon a través de Jerusalén ayer para conmemorar la reunificación de la ciudad ocurrida en la guerra de 1967, cuando los judíos retomaron el lado este de la metrópoli, en ese entonces en manos jordanas. La marcha se realizó bajo fuerte custodia ya que su recorrido incluyó el barrio musulmán del casco antiguo. Palestinos agredieron con piedras a los manifestantes en la Explanada.

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JERUSALÉN (EFE, AFP). Palestinos arrojaron piedras contra los manifestantes judíos en la Explanada, donde se asentaba el Templo de Salomón, el lugar más santo para los judíos, y que los musulmanes reivindican también como uno de sus lugares sagrados, el tercero en importancia, después de La Meca y Medina, en Arabia Saudita.

Ahí están hoy el Domo de la Roca y la mezquita de Al Aqsa.

El Templo de Salomón, reconstruido luego por Herodes, y la piedra del sacrificio de Isaac se encuentran también en el lugar santo judío.

Las fuerzas israelíes controlan todos sus accesos e ingresan en ella en caso de disturbios.

Los judíos están autorizados a ir al lugar durante horas precisas, pero se les prohíbe orar en él.

Cuando la marcha de los judíos ingresó a la Explanada provocó la cólera de los fieles palestinos, que se encerraron en la mezquita de Al Aqsa, desde donde lanzaron piedras y sillas.

“Estoy muy emocionado porque hoy es un día único, la gente congregada aquí ha venido de todo el país, es una jornada muy especial”, declaró David Khinas, uno de los participantes de la marcha, quién remarcó en tono alegre, entre los cánticos de sus acompañantes, que “Jerusalén es la ciudad sagrada del pueblo judío”.

La muchedumbre desfiló desde el oeste de la ciudad con ambiente festivo, con los organizadores del desfile que instaron al público “a no generar problemas con los árabes”, y durante su marcha destacó el color azul y blanco de las banderas israelíes que enarbolaban, así como el entusiasmo de muchos adolescentes mientras bailaban y saltaban.

Ante un fuerte dispositivo policial y medidas de seguridad reforzadas, los israelíes cantaron canciones sobre temas bíblicos y relacionados con pasajes de la Torá (libro sagrado judío), mientras muchos bailaban en círculo en su camino hacia la Ciudad Vieja de Jerusalén, por la cual se adentraron rumbo al Muro de las Lamentaciones, el vestigio del lugar más sagrado para el judaísmo.

Al acercarse hasta las murallas de la parte más antigua de la urbe, las mujeres se adentraron en ella a través de la puerta de Yafa, y los hombres recorrieron parte del perímetro amurallado del casco viejo para dirigirse a la puerta de Damasco, principal acceso al barrio musulmán.

Entre los cargos políticos que asistieron al evento destacó la presencia de la ministra de Cultura, Miri Reguev.

“Volvimos a casa hace 52 años, en Jerusalén, nuestro hogar, para quedarnos aquí”, declaró la política.

Para Tsuriel Horowitz, judío ortodoxo de 25 años, “que los judíos volvieran a Jerusalén después de 2.000 años de exilio es apasionante”, mientras que desfilar por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja no le supone un problema y no lo considera ofensivo hacia los palestinos.

“Queremos dar una mano a la gente musulmana, vivir en paz con ellos y adorar a nuestro dios, que es su dios”, añadió Horowitz.

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