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Los comercios y las industrias que mantuvieron cerradas sus puertas desde que comenzó la protesta el 2 de diciembre comenzaron a reabrir, luego de que el paro fuera acatado de forma parcial y perdiera fuerza con el paso del tiempo y su peso en los bolsillos.
La banca privada volvió el lunes a operar en horario normal luego de varias semanas de mantenerlo restringido.
En tanto, los grandes centros comerciales y una amplia gama de franquicias debatían reabrir en horarios limitados, luego de que los líderes del paro llamaron a abandonarlo.
La medida reclamaba la renuncia de Chávez y la convocatoria a elecciones anticipadas, y ahora la oposición anuncia que apelará a otro tipo de acciones para conseguir su propósito.
Las universidades y muchas escuelas privadas que no habían iniciado actividades tras las vacaciones navideñas hacían asambleas para decidir cuándo reanudar sus actividades.
El paro fue propiciado por empresarios, sindicalistas, políticos y organizaciones civiles de oposición en un intento por forzar la salida de Chávez, a quien acusan de querer llevar al país hacia una dictadura y de haber destruido la economía con su revolución en favor de los pobres.
La paralización no afectó al transporte público terrestre ni a las grandes empresas estatales mineras ni a la abultada nómina del sector público venezolano.
Pero en el vital sector petrolero, miles de empleados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) dijeron que continuarían la protesta, que ha asestado un duro golpe a la economía.
Chávez, un militar retirado que sobrevivió a un golpe hace diez meses, ha dicho que despidió a 5.000 empleados de la empresa y que ha logrado reactivar parcialmente la producción de crudo con personal suplente y tropas que tomaron instalaciones, cisternas y buques.