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De acuerdo al juicio unánime de la prensa británica, se trató de un momento histórico, elegido para iniciar una misión de cuatro días en la tierra de Irlanda primero, y de Ulster (Irlanda del Norte) después.
También marca un nuevo paso en el recorrido de la reconciliación, tras la visita de la reina Isabel en 2012.
Carlos –heredero al trono– fue acogido como un soberano desde la primera etapa en la cercana república, en el ateneo de la ciudad Galway.
Se trata de un evento que ratificará más de 15 años de paz, tras los acuerdos del Viernes Santo de 1998 que pusieron fin a la lucha armada del IRA.