Condenas a miembros confesos del EPP debilitan su estructura logística

Derlis Ramón Ovelar Martínez (22), su primo Ricardo Martínez Vera (24) y Crispín Fernández (52), capturados el 29 de enero del año pasado en Kurusu de Hierro, admitieron el viernes último formar parte del ala logística del EPP y fueron sentenciados a cinco años de prisión, en un proceso seguido por el fiscal antisecuestro Federico Tadeo Delfino Ginés.

Los tres fueron hallados culpables de haber colaborado en el ataque a la estancia “Guaraní” de Yby Yaú, perpetrado el 1 de enero de 2013, cuando siete miembros del EPP quemaron dos tractores, uno de ellos dotado con fumigadora.

Derlis y Ricardo habían sido sorprendidos en posesión de un fusil que fue usado en el ataque a la Subcomisaría 10ª de Capitán Giménez, en el que murieron dos policías, y de una escopeta utilizada en el homicidio del concejal de Azote’y José del Rosario Cabrera Caríssimo.

Asimismo, el 27 de febrero pasado, Águedo Ramón Giménez (52) y su hijo Alcides Ramón Giménez González (25) habían sido sentenciados a dos años de prisión por su implicancia en el secuestro de Luis Lindstron, pero ya salieron libres tras un procedimiento abreviado.

Investigadores de la Policía y de la Fiscalía aseguran, sin embargo, que las últimas condenas conseguidas contra los miembros del EPP, y las otras sentencias que podrían ser dictadas en breve, están debilitando el ala logística del grupo.

Pero pese a ello, el brazo armado del EPP sigue causando terror en el Norte del país, especialmente tras los últimos seis golpes materializados en los primeros tres meses de este año.

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