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El suboficial primero Asunción Aguilar Vázquez, de 33 años de edad, quien trabajaba en la comisaría de la localidad chaqueña de Cerrito, fue remitido ayer a la Agrupación Especializada por orden de la jueza de San Lorenzo María Elena Cañete.
El efectivo está imputado por tentativa de feminicidio, en una causa impulsada por la fiscala de la misma ciudad, Ana Girala.
El proceso se abrió luego de que la esposa del agente, Andrea Francisca Gómez de la Fuente López, de 30 años, fuera atendida en el Hospital de Calle’i y después en el Hospital de Policía a raíz de una herida de bala en el abdomen que sufrió en un incidente desatado el sábado de madrugada en la casa de su suegro, en San Lorenzo.
Desde un principio, el policía alegó que su mujer trató de suicidarse al dispararse con el revólver calibre 38 que él utiliza en su trabajo y que estaba guardado en una mochila.
Sin embargo, esta versión no convenció a la fiscala Girala, quien ordenó la detención del uniformado, que se materializó 24 horas después, justamente en el Hospital de Policía de la capital del país, donde el sospechoso estaba acompañando a su esposa convaleciente.
El principal elemento que tuvo en cuenta la fiscala para imputar a la policía fue que la prueba de manos salió positiva en el agente, es decir, se detectaron restos de pólvora que llevan a sospechar que fue él quien disparó el revólver contra la madre de sus hijos.
Además, la misma prueba salió negativa en la mujer, lo que acentuó aún más las sospechas sobre un intento de feminicidio
Giro inesperado
El caso tuvo un giro inesperado ayer, cuando la supuesta víctima, Andrea Francisca Gómez de la Fuente, declaró ante los medios de prensa que Asunción Aguilar Vázquez no le disparó, sino que fue ella misma quien se hirió con el revólver de su esposo.
Dijo que lo hizo al caer en un estado de depresión que venía padeciendo debido a varios problemas, como el apretado momento económico por el cual atravesaban.
Desde su lugar de internación, Andrea cuestionó a la fiscala al declarar que ni siquiera conversó con ella antes de imputar y pedir el encarcelamiento de su marido.
Sobre los restos de pólvora detectados en su esposo y que no fueron hallados en su mano, la mujer explicó que los doctores y enfermeros le limpiaron completamente tanto en el Hospital de Calle’i como en el Hospital de Policía, porque ella misma iba presionando su herida para que dejara de sangrar. Andrea incluso dijo que su esposo policía nunca fue violento con ella. El matrimonio tiene dos hijos y vive en Areguá, aunque el día del incidente estaban de visita en la casa del padre del uniformado.
Examen psicológico
La fiscala que investiga el hecho, Ana Girala, declaró ayer a ABC TV que formuló la imputación con base en el informe de los expertos en Criminalística, que le confirmaron que el policía presentaba restos de pólvora en la mano.
Sin embargo, reconoció también que le dijeron que, como policía, podría ser normal que el sospechoso disparara un arma de fuego, ya que forma parte de su trabajo. Ante esto, la fiscala manifestó que pedirá informes para saber si qué tipo de procedimiento efectuó el agente imputado al menos en las últimas 72 horas, periodo en el cual quedan impregnados los restos de pólvora.
La jueza María Elena Cañete manifestó que seguramente la mujer herida tendrá que ser sometida a un examen psicológico porque es normal que en este tipo de casos las víctimas cambien su versión.