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Alabanzas y lágrimas de emoción por parte de los fieles se pudieron apreciar ayer frente al imponente retablo de la primera beata paraguaya, María Felicia de Jesús Sacramentado, llamada cariñosamente Chiquitunga.
En la víspera, en horas de la tarde, la feligresía ingresó al estadio del club Cerro Porteño a admirar por última vez la obra del artista plástico Koki Ruiz. Una multitud, principalmente los que no pudieron ser partícipes de la misa del sábado, se agolpó en el sitio. “El sábado llegué al mediodía al estadio, y formé fila por horas, y no pude entrar. Nos quedamos en un quiosco de la zona a almorzar y seguir la misa por televisión. Hoy, ni bien se abrieron los portones, ingresamos con mis nietas, y estoy acá venerando a nuestra beata”, dijo muy emocionada y con lágrimas en los ojos Ana María González, de 82 años, mientras buscaba con la mirada el rosario que donó para el retablo de Chiquitunga, y que calificó de único en el Paraguay porque lo trajo de Tierra Santa.
El acceso habilitado fue el sector de preferencias. La fila se hizo larga, pero muy ordenada. Unos 20 servidores realizaban los controles y ayudaban a la gente a subir y bajar las escaleras del escenario. Estaba prohibido tocar el retablo.
Los fieles subían para rezar, otros cantaban alabanzas y un grupo no desaprovechó para tomarse fotos y selfies con el rostro sonriente de Chiquitunga de fondo.
Tampoco faltaron los que no dejaban de admirar el estadio más grande del país, como hoy en día tiene el club Cerro Porteño y cuya dirigencia cedió el sitio gratuitamente para que se realizara la histórica celebración de beatificación de la primera mujer paraguaya en llegar a los altares.
Desmontar estructura
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, dijo que hablaron con Koki Ruiz, “quien pide llevar el retablo a su taller para poder ajustar con resinas todo el retablo” y que para eso necesita unos 15 días. “El empresario que le ayudó a traer la obra está dispuesto también a llevarla; luego de 15 días ya tendremos una respuesta acerca de dónde irá definitivamente”, señaló.
Koki indicó que esta mañana se terminará de desmontar la estructura y cerca del mediodía emprenderán viaje rumbo a Sab Ignacio, Misiones, donde se encuentra ubicado su taller. “Le vamos a echar un líquido que va a permitir sellar la obra para que esta permanezca intacta, ya de manera definitiva. Es posible que en unos años necesite un retoque, pero ya será muy poco”, detalló.