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A pesar del buen trato y atención por parte de los galenos, la queja diaria de los usuarios es la constante falta de medicamentos, en especial los antihipertensivos, insulinas e insumos básicos como gasas, jeringas, recipientes, guantes, cintas y algunos reactivos de laboratorio para análisis clínicos.
A esto se suma la mala condición en que se encuentra la estructura edilicia, que además de ser pequeña, está cubierta de humedad y moho, que deben soportar mientras aguardan sus turnos. También sigue pendiente la contratación de más médicos y especialistas.